La clave

Escocia genera anticuerpos

El referéndum escocés desgasta a Cameron, dispara las alarmas en Europa y refuerza a Rajoy en su rechazo a todo plan secesionista

ENRIC HERNÀNDEZ

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Se lo preguntan la prensa británica y no pocos líderes europeos: ¿Es David Cameron el peor primer ministro de la historia del Reino Unido? El imaginario soberanista catalán ha elevado al premier tory a los altares de la Democracia, en mayúscula, por autorizar el referéndum sobre la independencia de Escocia en contraste con el veto español a la consulta catalana. Pero tan beatífica visión del personaje no es compartida por sus socios de la UE. Ni por sus compatriotas.

Para muchos británicos, Cameron ha puesto en peligro la integridad del Reino Unido al forzar un referéndum binario, sin la alternativa de la devolution max (amplia cesión de soberanía) que acariciaba el líder escocés, Alex Salmond. La pésima campaña del better together ha forzado al premier conservador a improvisar esa tercera vía que en principio desechó, y ello le ha pasado factura: según el sondeo publicado el sábado por 'The Guardian', los laboristas amplían hasta ocho puntos su ventaja respecto a los tories, a solo nueve meses de las elecciones legislativas.

El efecto dominó

En la escena europea, nada será igual después del 18-S escocés. Al margen de cuál sea el resultado del escrutinio, el perímetro fronterizo de la Unión (antes Comunidad) Europea se ha puesto en jaque por primera vez en su historia. Y no para ampliarlo hacia el sur o el este, sino para estrecharlo por su flanco atlántico. Y no porque ningún enemigo amenace la integridad de un país miembro, sino porque un estado fundador de la UE ha reconocido el derecho a la autodeterminación a uno de sus pueblos. La pesadilla del efecto dominó, desde Catalunya a Flandes o de Córcega a la Padania, tiene en vela a muchas cancillerías.

El espejo escocés en el que con sana envidia se mira el independentismo catalán presenta también su envés. La inquietud que este referéndum ha sembrado en toda Europa revigoriza los anticuerpos de estados como el español frente a cualquier tentativa secesionista. España y su presidente, Mariano Rajoy,Mariano Rajoy tomarán buena nota del precedente que ha sentado Cameron, pero para reforzarse en su acerada convicción de que con la unidad patria no se juega.