Un referendo 'catalán'

XABIER BARRENA / EDIMBURGO

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«Este no es mi referendo. El mío es el 9-N». Jordi Caixàs, periodista en labores de guía turístico y radicado en Edimburgo, no muestra, contra lo que pueda parecer, desapego al momento histórico escocés. Al contrario. Eso sí, despliega un impecable respeto. Lleva dos años y medio en Edimburgo y podría votar hoy. Pero no lo hará «por razones éticas. Puedo marcharme de Escocia en cualquier momento». Apoya el . Reconoce que el resultado del 18-S puede condicionar su verdadera consulta. Lo que pase en Catalunya depende, también, de la nublada Escocia.

Así lo creen, asimismo, las fuerzas partidarias de la consulta, las del pacto por la fecha y la pregunta (CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP, estos con actos con Radical Independence) y también el PSC, que la desea de «manera legal y acordada». Todos han ido llegando a Edimburgo para seguir de cerca la votación. También se ha acercado una delegación técnica del Govern para estudiar qué aspecto tiene un voto de autodeterminación.

Todos los partidos desplazados muestran su envidia por lo que vivirá hoy Escocia. Ramon Tremosa (CiU), Jordi Solé (ERC) y Ricard Gomà (ICV-EUiA) desean, cada uno por sus motivos, el triunfo del . Esther Niubó (PSC), en una primera instancia, prefiere no posicionarse y destacar que Escocia es el ejemplo a seguir, entre otras cosas porque el líder del SNP, Alex Salmond, «reconoció la soberanía de Westminster» en estas lides y porque David Cameron aceptó que se realizara el referendo. Tras insistir, se moja y opta por «el no, porque significa un aumento del autogobierno del país». Un no tercera vía.

Niubó también pondera la fuga de votos laboristas hacia el , motivo de la subida del independentismo en las últimas encuestas: «Hay mucho votante progresista que desea perder de vista por siempre más a los conservadores».

Corrección política

Raquel Gella, relaciones públicas en Blipfoto.com y con cinco años en las brumas edimburguesas, afirma que tampoco votará («como muchos catalanes aquí») y tampoco se posicionará sobre si sí o si no. Pretende devolver un poco de la «gran corrección política» que ha observado en todo el proceso. Suscribe también que lo escocés tendrá su repercusión en Catalunya y que votará el 9-N, si hay ocasión y «si no se repiten los problemas en el consulado, como en las dos últimas elecciones», deja caer, así sin querer. «Catalunya y Escocia tienen una identidad muy marcada. La diferencia es que aquí, todos los que votan no se sienten, por encima de todo, escoceses», dice.

«Nadie les discute que son una nación y un sujeto político», afirma Solé, recordando sin duda las sentencias del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y la declaración de soberanía del Parlament de enero del 2013.

Si gana el sí, ¿pueden los mercados reaccionar con miedo y también empezar el éxodo de empresas escocesas hacia Inglaterra? ¿Puede la visión de todo esta apocalipsis enfriar el independentismo catalán? Tremosa lo descarta. «Tras la aparición de los primeros sondeos que daban la victoria al sí, la libra esterlina fluctuó dentro de sus intervalos habituales», recuerda. «Cuando se pactó el concierto vasco, a principios de los 80, al día siguiente los camiones cruzaron la frontera sin novedad. Ese discurso del miedo no es creíble», sentencia. Sobre la anunciada marcha de empresas, el eurodiputado se muestra escéptico. Y en el caso del Royal Bank of Scotland (RBS) asevera: «Si se va un banco, llegará otro. Eso es el mercado y el mercado es pragmático».

Gomà es del mismo parecer. «Es una táctica del unionismo británico», dice. «Si gana el sí seguro que se gestionará muy bien», declara admirado por cómo se ha realizado el debate en Escocia. Y al hilo explica su apoyo a la causa independentista: «Aunque el resultado es lo de menos, abogo por el sí, por su componente social y de izquierdas. Porque es un proyecto que busca defender la cohesión de la sociedad escocesa frente a las políticas neoliberales».

¿Y si gana el no? Tremosa, Solé y Gomà coinciden en que Escocia ya ha ganado, y que el Gobierno de Mariano Rajoy "ha quedado ya en evidencia". pase lo que pase hoy, no habrá ducha escocesa para los catalanes, desplazados o residentes.