Nuestros héroes

Tito Vilanova y su hijo, Adria Vilanova, en una foto subida a Twitter con el mensaje "Muchas gracias a todos por los ánimos, este partido lo sacaremos adelante una vez más. Seny , Pit i Collons! pic.twitter.com/oW62oDpDzX"

Tito Vilanova y su hijo, Adria Vilanova, en una foto subida a Twitter con el mensaje "Muchas gracias a todos por los ánimos, este partido lo sacaremos adelante una vez más. Seny , Pit i Collons! pic.twitter.com/oW62oDpDzX" / periodico

JOAN SOLÉ

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La mayoría de ellos no han lucido nunca una capa, ni tampoco han vestido con una indumentaria que ocultaba su rostro y marcaba su músculo para hacer más notorio su superpoder. No tienen estatuas, ni tampoco canciones que engrandecen sus gestas. Con secreto, o haciéndolo público, libran la batalla más importante de su vida: la lucha contra el cáncer.

La muerte de Tito Vilanova fue un golpe para el barcelonismo y el regreso de un recuerdo amargo para todos aquellos que hemos perdido a un ser querido por las mismas circunstancias. Esa mirada hacia atrás, esos momentos de incredulidad y esas preguntas que nadie puede responder.

El vacío que dejan es igual o mayor al amor que han dado. Su lucha y su entrega para ganar esta batalla son el ejemplo que siempre nos dejaran en el recuerdo. Como el caso de Tito, esto los hace héroes, a pesar de ello, intentan hacer su vida normal para que sus más cercanos no se preocupen. Siguen luchando para ser ese padre o madre que sus hijos admiran. Mantienen su ánimo para que su pareja no decaiga en el pesimismo, “lo lograremos”. Las bromas con los compañeros siguen siendo las mismas, al igual que los planes de futuro sin hacer caso de esa niebla espesa que disipa el camino.

Cuando se van, los que nos quedamos aquí sentimos ese vacío interno, ese estado neutro, que se balancea entra la rabia de un adiós temprano y el llanto de una tristeza que nos duele. Las fiestas, los cumpleaños y esas fechas especiales se convierten en un collage de recuerdos de “como fue” y “como sería”. Esas risas lagrimosas cuando alguien cuenta algunas de esas anécdotas que el protagonista solo puede escuchar desde nuestros corazones.

Se van, pero dejan su recuerdo, su amor, su cariño. El cáncer nos los arrebatan ante la impotencia de quienes solo pueden dar ánimos. Seguirán siendo nuestros héroes, pues el tiempo que compartimos con ellos nos hicieron felices y lucharon, hasta el final, para estar más tiempo con nosotros. Nunca te olvidaremos.