Ciutat Vella, ciudad nueva

LOURDES MUÑOZ

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Algunos de los hechos ocurridos en la Agrupación de Ciutat Vella durante la primera vuelta de las primarias abiertas, no son deseables. Aunque se trate de una situación acotada y no significativa cuantitativamente, no queremos quitarle importancia. Especialmente porque no encaja con todo el proceso de primarias abiertas de Barcelona. Nuestra apuesta, es una  nueva política que haga protagonistas a ciudadanos y ciudadanas de Barcelona, de una de las decisiones más importantes que toma un partido político: elegir candidato o candidata.

El grueso de las primarias de Barcelona se ha caracterizado por el “fair play“ entre las candidaturas y la Comisión Organizadora de las primarias: la equidad entre candidaturas, la cesión de los locales del partido, el acceso a los censos y promover las comunicaciones igualitarias con todas las personas registradas. Transparencia, equidad y participación han sido las tres características de estas primarias.

Cuando emprendimos las primarias abiertas, decidimos transitar por nuevos caminos, que conllevaban  implícita la necesidad de gestionar nuevas situaciones. Optamos por experimentar nuevas formas de hacer política, sin duda buscábamos sus resultados positivos: profundizar en nuestra democracia. Un proceso abierto y absolutamente nuevo en  nuestra cultura política y en nuestra sociedad suponía también asumir riesgos. Conscientes de ello, los asumimos. Pero debemos afirmar con claridad y honestidad, que la nueva política, efectivamente nos ha puesto ante situaciones y problemas nuevos.

La nueva política implica también hacer política de otra manera

No se puede banalizar el análisis de la situación acontecida en el punto de votación de Ciutat Vella por su complejidad. Convergen diversos elementos: movilización grupal propia de las primarias, costumbres de colectivos de otros orígenes, vieja política y también lecturas poco tolerantes.

Uno de los posibles efectos de la movilización de las primarias abiertas, es el estudiado efecto "get  out the vote", o movilización de grupos organizados. Este tipo de comportamiento quizá no sea propio de nuestra cultura electoral, que con los años se ha vuelto cada vez más individualista. Es cierto que en muchas asociaciones, hermandades y entidades todavía se sigue esta práctica. La realidad de otros países donde las primarias están consolidadas, es que diferentes grupos y culturas se organizan utilizando este método para tener más fuerza e  influir en el resultado.

En estas primarias las candidaturas han movilizado diversos grupos, además de algunos colectivos extranjeros, como son las redes feministas, jóvenes, sindicalistas, universitari@s, ámbito cultural, personas que trabajan en la función pública o entornos soberanistas.

Cultura vieja y moderna convergen, pero no han encontrado una buena solución, por ello tendremos que aprender para el futuro.  Si bien estas estrategias de movilización no tienen por qué ser negativas,  se ha producido una ejecución no deseable, más propia de la vieja política, que produce escenarios en los que es difícil discernir si estamos ante una estrategia o ante un comportamiento cuestionable.

¿Somos una ciudad intercultural o multicultural?

¿Cuál es la reacción de una sociedad ante las costumbres de otras comunidades que viven en nuestra ciudad? Barcelona es una ciudad diversa, con personas procedentes de más de 100 orígenes distintos que conviven en paz y transitan por nuestras calles llenándolas de distintos colores y lenguas. Desde la infancia, en la escuela se nos enseña la democracia y el respeto a las otras personas. No somos una sociedad que segreguemos ni queramos que las distintas culturas se diluyan en la nuestra sin reconocerse. Puede que ésto a veces, nos cueste entenderlo y aceptarlo.

En el Reglamento de las Primarias Abiertas, las personas extranjeras con NIE y dos años de residencia,  tenían derecho a votar  cuando normalmente no pueden hacerlo. Cabe destacar que estos grupos participaron en el proceso electoral. Varias fueron las candidaturas que se dirigieron a estos colectivos y existen campañas en sus diferentes lenguas. Por otro lado,  lo que los medios no han explicado, es que les ilusionaba poder votar.

Me extraña que haya gente sorprendida de que en un punto de votación situado en el Raval, con un 47% de población extranjera,  el día de las primarias votase un 40 % de ciudadanos con NIE y permiso de residencia. Comprendo que les extrañe una forma de participación colectiva propia de estos grupos, cuando en nuestra sociedad es individual, especialmente ante una votación.

Me asombraron, reacciones absolutamente intolerantes y descalificadoras hacia el conjunto de un colectivo de personas de otro origen, simplemente porque las perciben como diferentes.

Más y mejor democracia

Una vez terminado el proceso haremos un relato y un análisis de esta experiencia, poniendo en relieve los aspectos del reglamento y decisiones que han facilitado el proceso, y aquellas situaciones que deberían estar mejor previstas.

Siempre podemos mejorar, pero el camino emprendido ha merecido la pena por las miles de personas que durante estas semanas se han vinculado al proceso. Recordemos que desde el PSC-Barcelona se ha querido dar respuesta a los ciudadanos y ciudadanas que quieren participar de forma continua y no sólo cada cuatro años.

Los cambios, la innovación, suponen ajustes. Cuando se pone en práctica  algo nuevo, nunca, y quiero remarcar nunca, éste funciona al 100%. Lo más importante es no tener miedo, querer ese cambio, luchar por el cambio y rectificar por él. En nuestro caso por construir un proyecto político socialdemócrata útil para la ciudadanía de Barcelona.