Sombras

Saïd El Kadaoui. Psicólogo y escritor.

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Medio millar de inmigrantes, dice la noticia, han logrado este martes entrar en Melilla en un salto en masa en la valla que separa a la ciudad autónoma de Marruecos. Nosotros vemos el salto en la valla, me digo. ¿Pero qué han dejado atrás? ¿Quiénes son? Les recomiendo un documental y un libro para saber algo más de las personas que hay detrás de estas imágenes.

El filme: 'Sombras', de Oriol Canals. Un magnífico acercamiento a las vidas de un puñado de personas, todas ellas hombres negros, inmigrantes, la mayoría indocumentados, que malviven en el pueblo de Alcarràs (Lleida) esperando, deambulando sin sentido, buscando, pensando, sin poder dejar de hacerlo, en la gran decepción europea, en la familia que dejaron atrás, en los muertos que se quedaron en alguna parte del desierto o en el fondo del mar. Pareciera que al saltar la valla dejasen atrás el viaje de la esperanza para iniciar el de la decepción.

El libro: 'Kalilu. Cuando llegar al paraíso es un infierno. De Gambia a España: 17345 Km en 18 meses'.

Coincidí con el autor invitado por el SCAI (Servei Ciutadà d’Acollida a I’Immigrant) de Sabadell en el año 2009. Él debía hablar de su libro y la experiencia vital que en él relataba, y yo hacerlo después sobre la afectación psíquica que puede dejar en una persona un proceso migratorio tan penoso. Apenas fui capaz de añadir nada a lo que el autor había dicho. Me di cuenta de que estaba relatando una experiencia terriblemente traumática; de aquellas que te ponen en la tesitura de hablar o vivir que tan bien describió Jorge Semprún en su libro 'La escritura o la vida'.

Kalilu nos relató lo que él denomina "holocausto ignorado". El viaje que emprenden muchos africanos para llegar a Europa. Nos hizo saber que solamente un 5% de los que se lo proponen llegan a su destino. El resto mueren de hambre, son asesinados o se quedan por el camino. Nos turbó explicándonos situaciones concretas vividas por él: en Argelia lo detuvieron, pasó meses en cárceles infrahumanas y cuando lo dejaron en libertad fue para llevarlo al desierto y abandonarlo allí, junto a otros muchos, sin agua y sin comida. Es decir, pretendían matarlos. Él pudo salvarse gracias al dinero que guardaba con mucho celo y que le sirvió para pagar a un tuareg que lo ayudó a salir de allí. Otros no tuvieron tanta suerte. Narró historias de madres que arrojan al suelo del desierto a sus bebés no mucho antes de caer exhaustas y dejarse morir, de personas que se veían obligadas a beber su orina… Cómo se iban encontrando con esqueletos y restos de cadáveres a lo largo de todo el trayecto, especialmente en Argelia y el Sáhara.

El asalto de un camión en el que viajaban por parte de unos bandidos argelinos fue su peor experiencia. Los desnudaron, les quitaron el dinero... Y una chica que se tragó su dinero para no ser robada fue violada delante de todos, luego la rajaron con un cuchillo y le abrieron el estómago para recuperar ese dinero.

La presentación de Kalilu Jameh acabó de una forma que me emocionó. No quiso finalizar con resentimiento y amargura. Quiso hacerlo acordándose de las personas que lo ayudaron. Me conmovió especialmente el agradecimiento con el que hablaba de la Guardia Civil de Lanzarote. Después de 18 meses de travesía (y no 15 días como le habían asegurado los mafiosos a los que pagó el viaje), los agentes de este cuerpo fueron los primeros que los trataron como a personas.

Kallilu Jameh llegó a Lanzarote en el año 2004, después de 18 meses de travesía y tras intentarlo en dos ocasiones. Han transcurrido ya 10 años y mucho me temo que si se han producido cambios han sido a peor. Digamos que ahora la Guardia Civil no recibe de la misma manera.

Kallilu Jameh decidió fundar una oenegé para ayudar a niños desamparados y a jóvenes de su país, y para convencerles de que es preferible intentar prosperar allí que jugarse la vida para llegar a una Europa durísima y hostil. "¡Que mi sufrimiento sirva para evitárselo a ellos!", decía en una entrevista.

Un filme y un libro para dejar de hablar de inmigrantes y hacerlo de personas.