tú y yo somos tres

Gente, multitud, qué fastidio

FERRAN MONEGAL

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Si una mariposa se posara cada semana, cada domingo, en el sofá chester de Risto Mejide (Viajando con Chester, Cuatro), no miraría a quién entrevista, miraría a Risto. Quedaría embelesada, atraída, subyugada, por su posturismo. Los productores del programa basan su estrategia en la superlativización de su criatura. Le van cambiando las gafas, le sustituyen la montura, le suavizan la negritud de los cristales, para que se le puedan ver un poco más los ojitos, le dedican primerísimos planos, a su muñeca derecha en particular, en la que lleva más pulseras que el jefe de los masai de Las minas del rey Salomón; y Risto, consciente de este elaborado star system, se explaya en su posturismo, gesticula, da saltitos, interacciona consigo mismo con vistosas florituras. Todo esta construcción escénica es un sistema efectista -sofá chester incluido-, pero quizá no es tan efectivo como desearían. El peligro de este juego escenográfico, tan decorativo, es que tape, se coma, diluya, la intensidad de la conversación que se pueda producir. Es el caso de la entrevista con Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno de España en Madrid. Ha sido, de largo, el mejor encuentro que le hemos visto a Risto. Ha conseguido un diálogo interesantísimo. Una filigrana profunda. Un disfrute. Permítanme que destaque un momento, cuando Risto, recordándole que ella es la jefa de la policía, le advertía de los tremendos despliegues que reprimen manifestaciones de ciudadanos humildes, jubilados incluso, que tienen derecho a protestar porque se sienten engañados y estafados. Le decía: «Veo despliegues policiales en los que parece que los ciudadanos son los delincuentes», a lo que la delegada del Gobierno contestó: «Es que las multitudes, en general, son malas». ¡Ahh! No desperdició esta perla Risto. Enfatizando el tremendismo de esa expresión tan poco feliz, contestó: «¡Qué mala es la gente! ¿eh? No estaría mal, en estos momentos que vivimos, una Revolución de los Claveles. No estaría mal que alguna vez la policía dijese 'Estas personas que están aquí tienen toda la razón'. No estaría mal tener una policía más empática con la gente. Y quien dirige la policía, ¡eres tú!»

¡Ahh! Ha sido un momento estupendo. Cargado de utopía, hasta de ingenuidad si quieren, pero estupendo. Si hubiera habido una mariposa posada en el sofá, ésta vez no hubiese quedado embelesada por las pulseras de Risto. Ni por la pintoresca tapicería del chester.