¿El promiscuo de los 1.000 contactos?

PABLO FONCILLAS

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Hace pocos días, un profesional me comentó que había recibido una invitación y, tras aceptarla, había superado el número de 1.000 contactos en Linkedin. Entraba así en la liga de los miles. No lo decía ufano, ni tampoco con rubor. Sencillamente lo explicaba. Sin más. Era. La verdad es que me sorprendió. ¿Se trataba de un promiscuo social? ¿Se lo pueden imaginar?

Mil personas en tu red de contactos. Lo primero que me vino a la cabeza fue, ¿es lo mismo tener un amigo digital que uno físico? Quizá, previamente deberíamos definir lo que llamamos amigo o lo que consideramos contacto profesional. El grado de amistad en el mundo molecular (en contraposición al mundo digital) también es distinto dependiendo de múltiples de factores (rellene la línea de puntos a su gusto con lo que usted entienda por amigo........). Lo interesante de la conversación es que me dijo él tenía dos criterios para aceptar una invitación recibida a través de la web. Eran los siguientes: haber hablado por teléfono o haber mantenido una reunión física con esa persona, bien por trabajo, bien por razones personales. Es decir, este bípedo había creado unas normas respecto a cómo operar en las redes sociales profesionales.

Seguramente, no deja de ser un fondo de comercio de esa persona que se llevará allí donde trabaje. Eso es suyo y lo está capitalizando y ordenando. Y me pareció interesante. Este profesional quería dotar de valor a su red de Linkedin. Me comentó que había recibido otras invitaciones de múltiples personas para él desconocidas (sin duda se trataba de un tipo popular) pero que, dado que no cumplían uno de esos dos requisitos no había aceptado formar parte de su red.

Y esto me encaja con varias tendencias que se están produciendo en las redes sociales: por un lado, que cada vez somos más selectivos respecto de las redes en las que estamos activamente y en las que no (los abandonos aumentan día a día). El dato es que una de cada cuatro cuentas en redes sociales están inactivas. Por otro, que se está produciendo una polarización con respecto a las redes sociales: existirán unas pocas muy, muy grandes (tipo Facebook, Twitter o Linkedin) y otras mucho más pequeñas y dedicadas a temas específicos (aficiones, por segmento de edad, etcétera).

Cada vez sabemos más cómo queremos y debemos estar en las redes sociales, y en cuáles consideramos conveniente tener presencia, es decir, el perfil y las personas que forman parte de tu Facebook es muy diferente de tu perfil y de las personas que encuentras en tu red profesional digital.

Y, por último, somos más sensibles respecto de nuestra privacidad. De hecho, se anticipa que uno de los negocios que va a desarrollarse a medio plazo en el entorno digital será la aparición de nuevos intermediarios que velarán por nuestra privacidad de diferente manera (en compras, etcétera). Así que pregúntense qué reglas van a aplicar al uso de su actividad en redes sociales. ¿Van ustedes a ser promiscuos sociales? Consejo: séanlo.