Tus recuerdos a tamaño 10×10 cm

Guillermina Rosés, de 26 años, ha creado la 'app' Paper Lover

Guillermina con su ordenador

Guillermina con su ordenador / periodico

Anna Pacheco y Andrea Gómez

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Consejo (sobre)saliente: si tienes la oportunidad de crear algo, de montar algo diferente, hazlo. Aunque no tengas medios, la idea esta ahí.

Ir andando por la calle, ver unas hojas en el suelo y hacer una foto. Desayunar, colocar bien el vaso de leche y las galletas y hacer una foto. Ver un gato, amasarle el pelo y hacer una foto. Dudar entre el filtro X-Pro II o Lo-Fi, compartir, y subir. Un me gusta, dos, treinta, sesenta. Guillermina era y es adicta a Instagram. Hasta que un día se paró a pensar ¿qué podemos hacer con todas estas fotos? ¿estamos dispuestos a perderlas? Y de ahí a pensar que la gente ya no imprime fotos, que ella ama el papel, y que porqué no una app para imprimir todo lo que guardas en Instagram. Así nace Paper Lover.

La idea

Nos recibe en un piso precioso en medio de una plaza de Gracia donde se oye al charcutero del Mercat de la Llibertat cargar cajas. Entra una luz espectacular. Y es de esas casas que huelen a artista: mesa de madera, jarrones con flores, alfombras peludas. Una casa de retratar constantemente en Instagram. Todo encaja. Ella es de cara dulce y gran estilo. Se define como detallista, de hacer siempre regalos llenos de manualidades y colorines. Tiene un ritual: leer siempre antes de dormir -recordad, reading is sexy- y se mira al espejo queriendo ser como su madre. Decir que no podría vivir sin Instagram ni móvil es algo obvio, pero es que ha llegado a imponerse normas propias para reducir su obsesión. “Hasta el jueves no cuelgo más fotos”, aunque siempre acabe cayendo algo. Hay algún amigo que incluso ha dejado de seguirla, “Guillermina te quiero mucho, pero solo me sales tu en la home de Instagram”. Los amigos, siempre tan comprensivos. Reconoce no ser buena fotógrafa, tampoco es de llevar la cámara encima en los viajes, ¿pero quién no es buen fotógrafo con un filtro Wilow?

Tras salir de la universidad estuvo dos años trabajando en una agencia de publicidad. Le gustaba el día a día y llevaba algunas cuentas relacionadas con la industria farmacéutica. Va, pues me apunto a un máster de marketing farmacéutico. No tenía que ver con sus gustos, pero creyó que era un buen futuro. Y ahí está el título, bien guardado por si acaso algo se tuerce. Dejó la agencia y empezó a trabajar como freelance. Y desde esa posición de ‘hoy trabajo y mañanadiosdirá’ entró en contacto con una empresa de artes gráficas. Y ahí hay mucho, mucho papel. Empezó a investigar que se estaba haciendo en otras partes del mundo en temas de impresión y se le ocurrió mezclarlo con fotografía. ¿Pero cómo? ¿Cómo mando mi foto de la cena de ayer de Instagram a imprimir?

La creación/El desarrollo

Como siempre la solución está en la autoformación. Decidió crear una app, y como sus conocimientos en publicidad y farmacia no ayudaban mucho tuvo que comprarse un libro, uno de esos grandes tomos de ‘Cómo desarrollar una app, aprender palabrejas como interfaz y entender el maldito HTML en lenguaje para dummies’. Empezó a trabajar en el esquema, en cómo quería que se vieran las fotos, los pedidos, y de ahí se puso en contacto con un amigo que es diseñador -amigos, siempre amigos, cuidadlos. Pero no solo quería imprimir fotos. Para eso está fotoprix. Quería algo que además fuera fácil y sencillo. Que desde casa pudieras seleccionar las fotos y con solo dos clicks ya estubiera hecho el pedido. Pero además hay otro valor añadido ¿os hemos dicho que tiene mucho mucho estilo? Pues eso también se aprecia. Las fotos, tamaño 10×10 cm e impresas en papel mate, no vienen en un sobre, ni con un clip. Vienen en una caja de esas rematadamente monas, que casi sirven como regalo propio. “Queríamos aportar algo más, que fuera más un regalo, te estamos regalando recuerdos, no sólo imprimimos fotos”. La app te permite incluso añadir un mensaje personalizado en la caja, ¿es o no es mono recibir 40 fotos de Instagram con un ‘Mi corazón palpita como una patata frita con estas fotos’ o un simple ‘te quiero’?

Y como no solo era imprimir, empaquetar y fuera. Tuvo que aumentar equipo. Ahora son tres, Xavi de 25 años trabaja como diseñador, el que pone bonita la web -y bien que lo hace-, Jenny tiene 28 años y es la periodista-freelance-community manager-escríbelo todo, y por último está Guillermina que igual se pone a hacer cajas, que se sienta durante 2 días a pensar cual puede ser su nuevo producto. Y es que no lo pudimos evitar ¿Qué ocurre si muere Instagram? -a parte de gente repintando las paredes blancas y dejando de comer yogur con muesli y frutas- pues ellos tan tranquilos “nos renovaremos, tenemos otras ideas, el papel da mucho juego”. Y eso que ya tienen un calendario bien apretado: aún están cogiendo bocanadas de aire tras una fuerte navidad de pedidos (“pensábamos que iban a ser 10 cajas por día y han sido muchas más” toma castaña), están acabando la versión para android (que sí, que ya llega, que se ve que en febrero ya va a estar), preparando nueva web para verano, nueva actualización en el móvil con más formatos y presentaciones, y como no podía ser menos “la esperada campaña de San Valentín” o el día de la madre.

Salida al mercado

Y con este trajín parece que lleven años. Pero nada de eso. La app Paper Lover se lanzó el 27 de noviembre. Ni dos días hace, y eso que la idea de Guillermina era hacer alguna caja de vez en cuando, como hobbie, pero “ahora ya no puedo dedicarme a nada más que esto, estoy 100% implicada ”. En noviembre salía la aplicación al mercado y en diciembre ya hacían la fiesta lanzamiento con exposición de fotos, presentación del vídeo, aperitivos y concierto de Primary Colours. De esas fiestas de 50 personas apuntadas y luego tener que sacar fuet de la nevera de casa para poder alimentar a todo el mundo. Fue todo un éxito. “Estaba todo el mundo involucrado, lo mejor, es tener amigos para estos momentos”. Y es que ojalá tener también estos amigos que hacen vídeos como esta preciosidad de spot promocional donde aparecen la bloggera de moda Anna Ponsa Lopez y la actriz -menudo bellezón- Virgina Camús.

¿Y las dificultades? “No, que va, me ha encantado, es una experiencia brutal, creo que he aprendido más este último año y medio que en la mejor agencia de publicidad”. Seguramente no en todos los casos será tan fácil y rosa. Pero si hay una buena idea el camino se hace más plano. Sobre todo si eres de “los románticos del papel”, y estás acostumbrado a la ensoñación. Adelante con los sueños.