¿Moncloa o moncola?

Los errores comunicativos del Gobierno de España han protagonizado algunas de las anécdotas en comunicación política, de las que expertos en la materia pondrán de ejemplo en los manuales de cómo no se debe gestionar la notoriedad en esto de lo público.

Recordar la rueda de prensa "plasma" es un ejercicio para todo representante público de cómo no se deben abordar las relaciones con los medios de comunicación, por privar a estos de su capacidad de interpelación y por lo tanto, del derecho a la información.

Otro de los errores comunicativos más notables de este gobierno, fue la falta de comunicación tras la reunión con Artur Mas, cuando el presidente catalán aprovechó para dar su versión de la reunión con una escenografía estudiada y un discurso previamente preparado. Mientras, por su parte, Rajoy se limitó a enviar un comunicado, el cual de ningún modo hacía sombra a la estrategia del 'president' ganando la batalla discursiva.

Cartas con membretes equivocados, errores de redactado en varios pésame, ausencias notables, ruedas de prensa plasma,… Todo esto ahora tiene un nuevo capítulo, la prematura nota de prensa que anunciaba una redada contra el "frente de Makos". La fiscalía abrirá diligencias porque, según la fiscalía, han podido poner en peligro la investigación judicial. Si seguimos la lógica de la ley de Ockham, una nota precocinada salió antes de lo debido de la cocina, si nos dejamos llevar por teorías conspirativas, el Ministerio del Interior tenía otras motivaciones relacionadas con el proceso de paz.

Los errores de comunicación son muy evidentes, dan una imagen de improvisación, de falta de profesionalidad y transmiten mensajes confusos, los cuales abren la puerta a interpretaciones sobre las voluntades ocultas de los actores políticos.