La rueda

Pillados: neonazis contra gais

NACHO CORREDOR

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Hacía semanas que campaban a sus anchas apoyados vía Facebook por más de 40.000 devotos y curiosos. Bajo el nombre Proyecto Pilla Pilla y con la excusa de cazar a pederastas, un grupo de jóvenes de Barcelona se dedicaba a humillar a homosexuales inocentes. Se hacían pasar por chavales de 16 años, quedaban con hombres de unos 40 (una relación legal si es consentida) y una vez en el lugar de la cita, cámara en mano, los segundos eran vejados sin escrúpulos.

«¿Hace cuánto que eres gay?», preguntaban. «Tranquilo, si no te intentas escapar no te va a pasar nada», añadían buscando la intimidación. Así durante más de 10 minutos, hasta que tras ser obligadas a revelar su identidad una de las víctimas se lamentaba: «Si lo publicáis me vais a arruinar la vida». Poco parecía importar eso a este grupo inspirado en movimientos rusos neonazis, cuyas víctimas han acabado asesinadas en más de una ocasión.

La semana pasada, después de que Facebook eliminara la página donde el grupo colgaba sus vídeos, EL PERIÓDICO denunció por primera vez la situación y, tras él, otros grandes medios se sumaron a la demanda. Así, la fiscalía para los delitos de odio y discriminación de Barcelona ordenó abrir una investigación, el diputado Jaume Collboni pidió explicaciones aún sin resolver a la Conselleria d'Interior y ayer, por fin, fueron detenidos.

Todo esto pasa en un país donde cada año se producen más de 370 denuncias por acoso a homosexuales, y después de que el Parlament empezase a debatir (con una enmienda a la totalidad del PP) una propuesta de ley contra la homofobia que se presenta más necesaria que nunca. Porque si la ley del matrimonio homosexual ya nos parece una conquista irrenunciable, el eco de los aplausos que recibe todavía hoy en internet la homofobia disfrazada de justicia debería encender todas las alarmas.