Llamamiento a mi unidad

Unidad, es la palabra más repetida y más escuchada en las últimas semanas. Todos los partidos que están a favor de la celebración de la consulta, ya sea independentista, federalista o 'terceraviista', hacen un llamamiento público para que los partidos abandonen sus trincheras ideológicas y consensuen una pregunta que no rompa la unidad en el proceso.

Si de algo no se puede acusar al gobierno de Mas, apoyado por Junqueras, es que no hayan trabajado por el proceso soberanista, al menos que no hayan transmitido ese mensaje. En tan solo un año, hemos tenido una cumbre por el derecho a decidir, la creación de la comisión parlamentaria por el derecho a decidir, el Consell Assesor per a la Transició Nacional, dos resoluciones parlamentarias... pero a pesar de toda esta escenificación institucional, de la creación de organismos específicos para el asunto, la pregunta y la fecha parecen estar siendo acordados en un pacto que parece dejar fuera a algunas de las formaciones y que se está llevando a cabo con poca transparencia.

La incógnita es qué harán las formaciones políticas que apuestan por una solución a medio camino si la pregunta es dicotómica tal y como plantea la <strong>Assemblea Nacional de Catalunya</strong> “¿Quiere que Catalunya sea un estado independiente?”, una pregunta que seguramente contaría con el apoyo de ERC y la CUP. Atendiendo a la aritmética parlamentaria, esta pregunta, de ser aceptada por CiU con el apoyo de ERC y CUP, contaría con el respaldo de 74 diputados y por lo tanto sería aprobada, pero dejaría fuera 61 diputados que por diversos motivos estarían en contra.

Diálogo de sordos

Vamos a hacer política ficción ¿PSC, ICV o Unió Democràtica darán apoyo a un proceso soberanista con una pregunta que no considere la vía federal, por más que se consiguiera un acuerdo con el estado? ¿Estaría dispuesta Convergència a presionar a su socio democristiano para que abandone su posicionamiento de tercera vía a favor del consenso o estarían dispuestos a romper un acuerdo histórico? ¿Se podría dar el caso de que algún partido planteara la posibilidad de hacer un referendo sobre cuál debería ser la pregunta? ¿Por qué ninguna formación ha apostado por elaborar una ley de claridad como la canadiense para poner las reglas del juego antes de poner las fichas en el tablero?

Preguntas para las que nadie parece tener respuesta. Mientras tanto, llamamiento a la unidad siempre y cuando, la unidad represente mi posicionamiento político, en un diálogo de sordos, que como bien anuncia el 'president' Mas, empieza a saturar al mas puro estilo estatutario. Diálogo de sordos, algo que me ha recordado a Gilles Lipovetsky en 'La era del vacío', donde asegura que “nadie en el fondo está interesado por esa profusión de expresión, con una excepción importante: el emisor o propio creador”.