tú y yo somos tres

Sepultado en elogios

FERRAN MONEGAL

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Ha sido intensa y abrumadora la operación que ha orquestado La Sexta para arropar e impulsar el regreso de Buenafuente (En el aire). Ha sido tan empalagosa la ceremonia, que cuando Frank Blanco  le llamó desde esa espuma que ha estrenado en la misma cadena (Zapeando) y le preguntó: «¿Cómo estás, cómo estás?», el propio Buenafuente, seguramente agobiado,  contestó: «¡Sepultado en elogios!». ¡Ahh! Intentemos pues liberarle desde aquí, al menos desde esta humilde columna, de este sepultamiento, y procedamos a esbozar cuatro pinceladas críticas sobre el regreso del showman. Por ejemplo el monólogo, ese momento, al comienzo, en que Buenafuente, de pie, dibuja rasgos de la actualidad en tono irónico. Es una sección clásica. La suele trabajar excelentemente. Pero teniendo en la misma cadena, y apenas dos horas antes, un programa que borda el sarcasmo y consigue matrícula de honor cada noche -es decir, El intermedio-, Buenafuente debería elegir con lupa los temas y no intentar superar la insuperable mordida de otros que muerden más y mejor (las basuras en las calles de Madrid, por ejemplo). Otra sección clásica es la entrevista. En su debut tuvo a Javier Cámara y David Trueba. Son criaturas con notable y probado talento que pueden dar mucho juego, pero no a partir de un planteamiento de entrevista de amiguetes. Con el pourparler en plan colegas, el tono muscular de la conversación languidece.

En el capítulo de los aciertos señalemos  esa formula genial y fantástica que conforman Buenafuente+Berto haciendo bárbaras parodias. Lo tienen muy experimentado y siempre les ha dado resultados gloriosos. Nos ofrecieron una recreación de Sandro Rey, el pintoresco adivino del consultorio  Astro TV de La Sexta, y en casa nos partíamos de risa por el suelo. Buenafuente en plan Andro Rey, y Berto, de magistral contrapunto pelotillero, nos han hecho pasar un rato estupendo. También hay que celebrar que hayan fichado a la actriz Belén Cuesta. Aunque su aparición en el programa fue casi en el tiempo de descuento, o sea, de telonera, demostró talento, ingenio y desparpajo. Me parece que esta señora va a dar mucho juego. Cabe explotar, en particular, sus encontronazos con Berto. Nos hicieron un sketch simulando mal rollo, que fue para chuparse los dedos. ¡Ah! Belén Cuesta puso una excelente pincelada final a este debut televisivo que, devotamente, iremos siguiendo.