Junqueras improvisa

"El otro gran damnificado de la amenaza fantasma, por lo breve, de Junqueras, será Artur Mas, a quien se le reprochará mantener un acuerdo con un socio de gobierno que le está hundiendo en las encuestas"

Artur Mas y Oriol Junqueras, el pasado miércoles, durante el pleno del Parlament.

Artur Mas y Oriol Junqueras, el pasado miércoles, durante el pleno del Parlament.

VERÓNICA FUMANAL

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Si algo ha caracterizado el ascenso meteórico en las encuestas de valoración de Oriol Junqueras es su capacidad para hablar con claridad y en positivo del proceso soberanista. El líder republicano se ha esforzado en dejar claro que en una Catalunya independiente la economía se vería beneficiada, el castellano sería lengua cooficial y que el país permanecería dentro de la UE. Si lo descodificamos, es un mensaje que habla de los beneficios de la separación, que no apela al miedo ni al chantaje, y que ha conseguido manifestarse en unas acciones multitudinarias y lúdicas.

¿Qué ha sucedido para que Oriol Junqueras amenace con una huelga general en Catalunya si Rajoy no permite la consulta? ¿Por qué elige Bruselas para lanzar el órdago? ¿Cómo un socio de gobierno responsable, que tiene todos los datos económicos a su disposición, puede amenazar con una huelga al Govern al que apoya?

En términos de rentabilidad política, la afirmación de Junqueras no parece que haya funcionado. Las declaraciones del resto de los partidos y la rectificación inmediata por parte de la dirección de ERC conduce a pensar que tal vez fuera una afirmación espontánea, más propia de una ocurrencia que de una decisión meditada, sin que tuviera un objetivo político concreto.

Sin embargo, en un momento donde la opinión pública exige coherencia y las hemerotecas juegan un papel determinante en la esgrima política, este error de Junqueras será utilizado para poner en contradicción un discurso que hasta el momento había sido impecable.

El otro gran damnificado de la amenaza fantasma, por lo breve, de Junqueras, será Artur Mas, a quien se le reprochará mantener un acuerdo con un socio de gobierno que le está hundiendo en las encuestas y que además, en un momento económico tan delicado, se permite amenazar con una huelga que afectaría al conjunto de España, pero sobre todo a Catalunya.

Si rectificar es de sabios, ERC ha sabido hacerlo rápido, sin embargo, en esta ocasión vale la pena recordar que uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.