La clave

Canal 9 y TV-3: cinco diferencias

ENRIC HERNÀNDEZ

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Amigos residentes en Madrid pero ajenos al pensamiento único allí imperante me preguntan por qué la prensa catalana presta tanta atención a la demolición de Canal 9 pero renuncia a diseccionar sus similitudes con TV-3. Pese a las buenas intenciones de quienes la formulan, la pregunta parte del desconocimiento -nadie en Madrid sigue las teles autonómicas- y de una idea preconcebida: la manipulación informativa, el sesgo ideológico y el derroche han sido parejos en todos los «terceros canales», que es como definen a estas cadenas en la Villa y Corte. En respuesta a esta legítima inquietud, he aquí (solo) cinco diferencias. Hay más.

1.- TV-3 nació en 1984 para reequilibrar lingüísticamente una oferta audiovisual en la que el catalán tenía una presencia marginal, y que con la posterior irrupción de las privadas hubiera sido directamente irrisoria. Cinco años más tarde, el socialismo valenciano concibió Canal 9 como dique de contención frente al pancatalanismo, y más tarde el PP lo convirtió en punta de lanza del blaverismo. Conjurada la amenaza, la muralla catódica carecía de utilidad.

2.- Canal 9 abrió la puerta al castellano y apostó por la telebasura de Tómbola, en pugna con las teles privadas pero sin que ello le brindara el liderazgo en audiencia. TV-3 prefirió jugar la baza de una producción propia de calidad y proximidad, sin por ello perder la batalla del share.

3.- Si el socialista Joan Lerma gobernó con puño de hierro Canal 9, Eduardo Zaplana (PP) dobló la apuesta de la propaganda informativa, mientras la redacción de TV-3 conquistaba una envidiable autonomía editorial compatible con unos salarios ahora sujetos a discusión.

4.- La puerta giratoria entre el PP y Canal 9 no se limitó a los cargos políticos; también afectó al reparto de prebendas y comisiones, como refleja el sumario del caso Gürtel. Las productoras que copan la programación de TV-3 carecen de (nítidas) vinculaciones partidistas.

5.-  La deuda de Canal 9 asciende a 1.200 millones; la de TV-3, a 7,5.

Intereses ocultos

Dicho esto, el riesgo de que se utilice TV-3 en beneficio de los intereses ocultos de grupos privados no está, ni de lejos, conjurado.  Atentos.