Mal presagio

España también retrocede en igualdad. Según el índice que para medir la brecha de género aplica el Foro Económico Mundial, del puesto 10º en el 2007 -año de máximo esplendor y de la aprobación de la ley de igualdad de Zapatero con la abstención del PP- España ha descendido al 30º. En plata quiere decir que la disparidad en economía, política, educación y salud entre españoles y españolas es mayor. Nos alejamos de la igualdad que tanto nos cuesta construir. Con ello nos alejamos también del progreso y del reparto equitativo de la riqueza si nos fijamos en los países que este indicador sitúa en cabeza: Islandia, Noruega y Suecia. Porque el acceso igualitario a los recursos es lo que cuenta y no se puede confundir esto con la riqueza de un país, véase el paradigmático caso de Arabia Saudí.

Así, la tendencia española a la baja tras el 2007 es una mala noticia y un aviso a tener en cuenta, especialmente porque en el balance de este año la brecha se agranda en un sector tan esencial como es el sanitario. Esos países modelo nos enseñan, según admiten los datos del índice del 2013, que la existencia de leyes, cuotas y compromiso empresarial ha sido determinante para consolidar el camino igualitario. En esta radiografía, la participación política femenina en España figura en el apartado más bajo. Una posición que no presagia nada bueno. No parece que el próximo índice vaya a volverse loco de alegría cuando la caída de la presencia de mujeres -no es porque sí- en todos los niveles de gobierno se materialice en nuevas carencias. Lesoto y Sudáfrica pasan por delante en ese índice porque sumado todo, hombres y mujeres comparten lo que tienen más equitativamente de lo que lo hacemos aquí.