¡Cómo hemos cambiado!

Sospecho que en la antología de canciones que gobierna el vestuario de La Bruixa d'Or no está incluido el 'single' 'Cómo hemos cambiado', de Presuntos Implicados, que estrenaba la década de los 90. Pero ese es un pecado de los que no exigen confesión. En Manresa corren buenos tiempos para la lírica. Hace seis meses lloraba el descenso de un histórico del baloncesto nacional. Ahogado por las deudas, se temía incluso por su desaparición. Fue entonces cuando Xavier Gabriel, propietario de La Bruixa d'Or, obsequió al club catalán con un boleto ganador. El lotero puede considerarse un hombre dichoso. Acaba de lanzarse a la jungla de la moda con su propia marca y patrocina a un equipo que ha alquilado una butaca aristocrática en la Liga Endesa. El lodazal de primavera se ha convertido en un terreno próspero.

En Manresa nada sucede por arte de birli birloque. Además de talento, sus directivos poseen un tesoro más preciado que los 'pendrive' de Luis Bárcenas: paciencia. El bisturí remató una operación profunda de adelgazamiento de la plantilla, ese circunloquio que ya forma parte de nuestra rutina. Apenas cinco jugadores mantienen su taquilla. El inmovilismo que impera en otros ámbitos, claudicó. Durante el verano, Manresa parecía una subsede de la ONU. Uno tras otro fueron aterrizando dos estadounidenses, un griego, un camerunés, un congoleño, un sueco y un danés. La brillante puesta en escena manresana tumba el tan manido mantra (sobre todo en la derrota) de que los equipos nuevos necesitan tiempo para adaptarse. La salida más traumática fue la de Jaume Ponsarnau, gerifalte del banquillo manresano durante las últimas seis temporadas. Su labor táctica y humana ha sido admirable. Pero incluso en ese sentido la transición ha sido modélica.

Su sustituto llegó como un neófito de la Liga Endesa. Borja Comenge, de 35 años, solo le saca un verano a su jugador más veterano. El exentrenador de la cantera del Barça ha situado al Manresa en el edén anotador. El técnico oscense creció al abrigo de Xavi Pascual, pero debió saltarse la clase en la que el entrenador del Barça explicó su estilo en ataque. La Bruixa D'Or es el cuarto equipo que más puntos mete. Para ello ha apostado con mayúsculas por un binomio en desuso: talento y juventud. Un par de pipiolos nórdicos están alborotando el arranque liguero. Entre los DNI de Eriksson y Larsen apenas alcanzan la cuarentena, pero su capacidad para jugar a este deporte llenará muchas páginas.

Los análisis cortoplacistas son tan apetecibles como habituales y peligrosos en el gremio deportivo. El equipo manresano tiene una fantástica oportunidad de prolongar su racha este fin de semana ante el Barcelona e igualar su mejor arranque histórico.

Pero, sobre todo, que no cambie el DJ del vestuario.

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