Qué necesitamos para el 2022

En enero del 2010 Barcelona lanzó la idea de organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno, siguiendo la fórmula que ya habían probado con éxito Turín en el 2006 y Vancouver en el 2010 : Una gran ciudad internacional con buenas infraestructuras y bien conectada que comparte las pruebas deportivas con las estaciones de alta montaña más cercanas.

En ese momento la propuesta anunciada por Jordi Hereu sorprendió a muchas personas, entre ellas a mí mismo, y provocó ciertas dosis de escepticismo. Porque aunque es cierto que la marca Barcelona es una marca de prestigio asociada al mundo del deporte , ninguno de nosotros la vinculaba en ese momento a los deportes de nieve y hielo. Pero con el tiempo se ha demostrado que este es un proyecto solvente, serio y posible. Por ello, como alcalde decidí, hace ya más de dos años, que el equipo que estaba trabajando continuara madurando la propuesta. El resultado es una candidatura magnífica, oportuna, innovadora y sostenible, muy bien trabajada por parte de la oficina técnica .

Oportuna porque está dimensionada a las capacidades actuales del país, y porque llega en el momento preciso de ofrecer al mundo la novedad de organizar unos Juegos de Invierno desde una latitud mediterránea. Innovadora porque permite el aprovechamiento y adaptación de muchas de las infraestructuras existentes tanto en Barcelona como en el Pirineo. Y sostenible porque lo hace desde la mesura en el impacto económico y ambiental que tendrían estos Juegos en el territorio .

Nunca me he planteado este reto como una apuesta estrictamente barcelonesa. La candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno es un proyecto de país que nos permite compartir ilusiones y horizontes de futuro a medio y largo plazo con el Pirineo. Tengo muy clara una cosa: Barcelona es la capital de Catalunya y, como tal, debe liderar y apoyar los principales proyectos de país. En este caso, hablamos de un proyecto que cuenta con el apoyo y el entusiasmo de todos los municipios y comarcas del Pirineo. Se trata de ofrecer oportunidades a mucha gente, de promover el deporte en disciplinas de nieve y hielo, de crear empleo y generar actividad económica, así como de hacer realidad infraestructuras vertebradoras largamente esperadas.

La marca Barcelona tiene suficiente fuerza como para competir con Oslo, Múnich y otras ciudades que han anunciado que se presentan para el 2022 . Tenemos una propuesta sorprendente que combina con perfecta armonía y naturalidad la proximidad de la alta montaña con la calidez del litoral mediterráneo .

¿Cuando nos presentaremos? Tiraremos adelante esta candidatura cuando sepamos que podemos ganar. Para optar a organizar con éxito unos Juegos Olímpicos se necesita ser competitivos a nivel deportivo y disponer de un altísimo consenso político. Desafortunadamente, en estos momentos no contamos con el apoyo de todos los grupos municipales para presentarnos en el 2022.

El jueves me reuní con los máximos responsables de los deportes de invierno en Catalunya y el Estado español, así como con los alcaldes de los pueblos y ciudades del Pirineo. Unos y otros apuestan claramente por presentar la candidatura para el 2022. También he mantenido contactos con la Generalitat y el Gobierno del Estado; sé que a pesar de las dudas expresadas por el Comité Olímpico Español en relación al 2022, todos ellos apoyan la propuesta y, llegado el momento, estarían al lado de Barcelona .

Barcelona solo conseguirá organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno si somos capaces de contagiar a todos la ilusión con la que se está viviendo este proceso en el Pirineo. Es decir, si hay entusiasmo y orgullo de ciudad y de país, si hay consenso político y una mentalidad estratégica por parte de todos.

Muchos piensan que la mejor manera de resolver rápido estas incógnitas es celebrar una consulta . Estoy de acuerdo. Pero solo cuando tengamos el apoyo explícito de los principales partidos políticos . Porque sin ese consenso de los principales representantes de la ciudadanía, la consulta es inviable .

Nuestra responsabilidad es generar entusiasmo entre la gente, trabajar por el consenso y la unidad, fomentar los deportes de invierno desde la base y explicar el mundo que Barcelona se encuentra solo a una hora y media de las pistas de esquí. La posibilidad de que Barcelona y el Pirineo organicen unos Juegos Olímpicos de Invierno, aunque sea en el 2026, es una gran oportunidad que no podemos dejar escapar. Por eso pido a todos que nos ayuden a hacer realidad este sueño . Yo creo en él y, como alcalde de la capital de Catalunya, aportaré toda la ambición y sentido de país.