Iniciativa, el equilibrista sobre la cadena

Los nuevos líderes de ICV, Dolors Camats y Joan Herrera, ayer en la clausura de la asamblea, en Viladecans.

Los nuevos líderes de ICV, Dolors Camats y Joan Herrera, ayer en la clausura de la asamblea, en Viladecans.

EDGAR ROVIRA

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Vistas las reacciones posteriores, parece que la convocatoria de ICV de movilizarse el 11-S para rodear La Caixa con el Proceso Constituyente en lugar de hacerlo por la Vía Catalana ha caído más bien mal en algunos sectores. Perder PSC y Unió se daba por hecho, pero que Iniciativa no esté en el mismo carro el día de la gran movilización independentista es algo que no se esperaba.

Desde distintos ámbitos se ha criticado a la formación ecosocialista por romper con la unidad que rodea la celebración, por comportarse de forma incoherente --quizás recordando su posicionamiento en la manifestación del 11-S del año pasado--, o de anteponer su vertiente progre a la catalanista. Incluso han aflorado críticas desde dentro del propio partido, donde algún militante ha declarado que "a la larga la falta de claridad del partido puede pasar factura".

En este punto la pregunta que nos podemos hacer es en qué sentido puede pasar factura.

Con los datos del Barómetro del CEO del pasado junio vemos como un 51,6% de los votantes de Iniciativa votarían a favor de la independencia en una consulta, un 26,6% votaría en contra, y un 15% se abstendría. Para ponerlo en contexto: un 93,6% del electorado de ERC, un 76,8% del de CIU y un 89,5% del de las CUP votaría a favor.

Si nos fijamos en las preferencias respecto a la relación entre Catalunya España vemos que un 19,4% de los votantes ecosocialistas creen que Catalunya tendría que ser una comunidad autónoma de España, un 42,8% prefieren un estado dentro de una España federal, y un 30,4% que tendría que ser un estado independiente. En cuanto a la última respuesta, a ERC el porcentaje es de un 90,3%, CiU 61,5% y las CUP un 81%.

La diferencia con los tres partidos que han confirmado su presencia a la Vía Catalana no es un tema menor. Los votantes de Iniciativa se han movido hacia posiciones más catalanistas, cuando no directamente soberanistas. Pero en su conjunto todavía forman una realidad compleja que es fácil de representar políticamente, al menos más allá de la apuesta clara por el derecho a decidir. Un paso que, por cierto, el partido liderado por Joan Herrera Dolors Camats ya ha hecho.

Criticar la decisión de Iniciativa en base a la unidad es una mala idea. No porque la Vía no precise de una cierta unidad, sino porque se omite que las decisiones de los partidos al final son mensajes que estos envían a su electorado. Y en este sentido la decisión de ICV tiene toda la voluntad de preservar dentro de lo posible la unidad de su propio electorado.

También es arriesgado definirlo como de comportamiento incoherente, dado que precisamente lo que está haciendo, con más o menos fortuna, es todo el contrario. Y por último, a pesar de que acusar a determinados partidos de ser antes 'progres' que catalanistas es una crítica que ha hecho fortuna, hay que decir que --contrariamente al objetivo que persigue-- podría estar definiendo una estrategia ganadora por los ecosocialistas.

Más allá de si la decisión de rodear La Caixa es acertada como estrategia --juicio que no haremos aquí--, no podemos olvidar que el 77,9% del electorado de ICV se autodefine de izquierda, por un 51,9% del PSC o un 66,5% de ERC. Y que la percepción no es tanto que este sea antes progre que catalanista. Sino más bien que dados unos niveles de catalanismo transversales entre su electorado --en estos momentos, una apuesta por el derecho a decidir-- lo que realmente se valora en Iniciativa es su vertiente 'progre'. Que esta se pueda identificar en las decisiones políticas del partido. Quizás esto explique que en las pasadas elecciones en el Parlament, ICV captara votos del flanco izquierda del PSC y prácticamente no perdiera hacia opciones claramente soberanistas cómo ERC o las CUP.

Anteayer Dolors Camats trataba de justificar la posición de la dirección del partido en el hecho de que "la crisis está menguando de tal manera el estado del bienestar de los ciudadanos que es ahora que nos toca defender nuestros derechos sociales y nacionales". En otras palabras, hacía equilibrios. Los mismos que seguramente habrá contemplado la ejecutiva al tomar esta decisión, consciente de cuál es su configuración interna de poder y consciente, quiero pensar, de las peculiaridades de su electorado.