tú y yo somos tres

«Dietista y obeso, ¡qué vergüenza!»

FERRAN MONEGAL

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Saltaron chispas. La presencia del controvertido nutricionista francésPierre DukanenEl gran debate(Tele 5) tuvo momentos de gran pirotecnia verbal, petardistas donde los haya. Sobre todo cuando se enfrentó, cara a cara, con el presidente de los dietistas de España, Giuseppe Russolillo. ¡Ahh! Fue un tremendo combate. El dietista español mantenía con ferocidad la tesis de queDukanes un salvaje. Decía que su famoso método para adelgazar era un atentado a la salud humana. Le acusó de causar grandes males a las pobres criaturas que se someten a su dieta. Y remató la faena por la vía económica, asegurando que todo lo hace para embolsarse 100 millones de euros cada año, a costa de la salud de sus pacientes. Hombre, las andanadas fueron contundentes. PeroDukan, sentado en su sillón, al otro costado del ring, le escuchaba en silencio. Parecían no afectarle aquellas perdigonadas que le asestaba el colega. Hasta que tomó la palabra y lanzó un contraataque sorprendente. Miró aRussolillode arriba abajo. Calibró su voluminosa humanidad lentamente. Preparó su bazuca. Y le disparó el siguiente obús, directo al cuerpo:«¿Cómo puede ser que el presidente de los dietistas españoles sea un obeso? Usted está gordo. Es una vergüenza. ¡Usted es nutricionista y obeso! Eso quiere decir que su método dietista no funciona». ¡Ah! Fue un golpe bajo. Fue un recurso malévolo y heterodoxo.Russolillose encendió. Contestó:«Eso es tan estúpido como decir que el presidente de la asociación contra el cáncer no puede tener cáncer. Me ha faltado usted al respeto». PeroDukanya había lanzado su petardo, y disfrutaba enormemente saboreando el terremoto causado, y sus consecuencias.

Hombre, el tema es perverso. Tiene razónRussolillo: no se puede descalificar la categoría de un urólogo, por ejemplo, porque tenga piedras en el riñón y sufra unos cólicos nefríticos horrorosos. Pero como estrategia televisiva, la táctica deDukanes muy espectacular y vistosa. Provoca pasmo y confusión entre la audiencia. Crea prejuicios bárbaros, disparatados y peligrosos. Dentro de unos días tengo visita con el oftalmólogo: si advierto que lleva gafas, me acordaré deDukany creeré que es un oculista pésimo. ¡Ahh! Todo esto es muy cafre. Es verdad quePierre Dukanestá delgado. Para su edad, está hecho un pincel. Pero no sabemos si es porque sigue su dieta, o porque huye de ella y se refugia en la cirugía estética.