La lluvia en Sevilla es una pura maravilla

Ponga una mentora en su vida. Es un consejo para las mujeres, que cuenta con garantía de éxito, según las estadísticas elaboradas al respecto. Tenemos el origen mitológico de la fórmula, desarrollada por por el escultor Pigmalión con su creación Galatea. Y tenemos también, a mano para este verano, la obra deGeorge Bernard Shaw,Pigmalión, y su extraordinaria versión cinematográfica, deGeorge Cukor,My fair lady, protagonizada porAudrey HepburnyRex Harrison.Ahora, evolucionada esa primigenio vinculo, hablamos de mujeres mentoras de mujeres y, derivada lógica, de una relación que tiene lugar en un plano horizontal, no vertical. El beneficio, también, queda repartido entre la aspirante y la consolidada.

La transformación no es gratuita, nace de una concepción diferente de la sociedad y, en el fondo, de un criterio igualitario sobre esta. Se trata, en muchas ocasiones, de combatir el desaliento que padecen las más jóvenes ante la adversidad laboral o social causada por el diferente trato recibido por el hecho de ser mujeres. Ayudar a pronunciar correctamente aHepburnla famosa frase que, doblada al castellano, decía: «La lluvia en Sevilla es una pura maravilla».

Centrados en el mundo laboral -de hecho hay empresas que integran esta práctica-, las mujeres con experiencia actúan de muleta necesaria para las más jóvenes. ¿Cuántas desearían utilizar la experiencia de la veterana para mejorar, para acostumbrarse a participar, para estimular la confianza, para aprender a valorarse, para lograr una ascenso, para saberlo negociar? Es un planteamiento que va a la raíz de los problemas de las féminas que, junto a la falta objetiva de igualdad de oportunidades, las deja varios peldaños por debajo de los hombres. En el proceso se aborda un proyecto, se contempla la posibilidad que parece adquirida para todo el mundo pero que no es evidente para ellas: tener un futuro. En este caso laboral y que, según las experiencias más habituales, tiene a la misma empresa como ámbito de interrelación entre la mentora y la mal llamada aprendiza. Pero el terreno a explorar es mucho más extenso.

En el 2002, nació en Copenhague KVINFO, una audaz iniciativa para emparejar a mujeres afianzas en el mercado danés con inmigrantes.Elisabeth Moller Jensenescribió personalmente a 300 profesionales de todos los sectores para invitarlas a integrarse en una laboratorio de mezcla de edades, profesiones y clases sociales. Con una hoja de ruta a cumplir por las parejas y cuatro áreas de acción: educación, carrera, tiempo libre y red social. De esta forma, las inmigrantes se forman en cómo aprovechar sus habilidades y en cómo moverse en una sociedad que no es la suya, a pesar de que algunas ya han nacido en Europa. Las mentoras no se inmiscuyen en la vida personal de sus protegidas puesto que actúan como una herramienta para la proyección social y laboral. Así lo explicó en BarcelonaMette Österberg,directora de KVINFO Mentor Network, en el seminarioMentoría para la inclusión, impulsado por Punt de Referència, Servei Solidari, Fundació Èxit i Universitat de Girona.

Y andando se encuentran nuevos caminos. Durante el desarrollo de la experiencia, la organización ha topado con la dificultad de encajar agendas, de tal manera que muchas mentoras potenciales declinaban el reto. De esta necesidad nació el e-mentoring, virtual y con horarios y días más flexibles. Las nuevas tecnologías son un punto de apoyo fundamental de las jóvenes y también el abismo que las separa de sus madres.E-mentoring, idea a explorar. ¡Busca pareja!