Fèlix Millet es nuestro Luis Bárcenas

Fèlix Millet y Jordi Montull, en octubre del 2009, tras prestar declaración en la Ciutat de la Justícia.

Fèlix Millet y Jordi Montull, en octubre del 2009, tras prestar declaración en la Ciutat de la Justícia.

Saül Gordillo

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Hace exactamente cuatro años explotó el escándalo del Palau de la Música. Era julio del 2009 cuando Fèlix Millet se vio forzado a abandonar la presidencia del Palau de la Música tras hacerse pública la investigación iniciada por la fiscalía para aclarar el desvío de dos millones de euros. Han sido cuatro años vergonzosos para el crédito de la justicia y de la clase política catalana. Fèlix Millet entró y salió de prisión, como su socio Jordi Montull. Campan hoy a sus anchas por Barcelona, l'Ametlla del Vallès y Fornells, en la isla de Menorca, ante la indignación de una parte de la ciudadanía que no entiende por qué la apropiación de hasta 30 millones de euros de instituciones públicas y entidades de prestigio como el Orfeó Català no supone la reclusión para ellos.

Este 16 de julio el sucesor del juez caracol, Josep Maria Pijoan, más rápido que Juli Solaz, ha entregado el auto con las conclusiones de las pesquisas del caso Palau. En plena erupción del escándalo Bárcenas y con la moción de censura prácticamente sobre la mesa, el juez catalán nos ha vuelto a poner a Millet en el primer plano de la actualidad. Nuestro Bárcenas, más transversal y más institucional --se lió con CiU, PSC y el PP a través de la FAES en época de José María Aznar--, no salpica al PP sino a Convergència, con los 5 millones de comisiones ilegales. A diferencia de Mariano Rajoy, parapetado en las ruedas de prensa trampa, forzado a decir alguna palabra tras las visitas de mandatarios internacionales, el 'president' de CDC y de la Generalitat, Artur Mas, comparecerá antes de agosto en el Parlament para dar explicaciones sobre el caso Millet, o sea, sobre el caso Palau y la financiación ilegal de su partido y de la fundación afín, antes Trias Fargas y ahora Catdem.

Mas no es Rajoy, aquí no hay cajas de puros presidenciales con billetes de 500. De momento. Los mismos billetes, los de 500 euracos, que levantaron las sospechas de Hacienda y pusieron a los inspectores ante la pista del defraudador Millet, tras haber hecho caso omiso a diveras cartas anónimas que ya denunciaban las irregularidades del descendiente del fundador del Orfeó Català.

De julio del 2009 a julio del 2013, y el partido que gobierna Catalunya mantiene su sede embargada y Millet y Montull siguen como si nada. ¿Pasará lo mismo con Luis Bárcenas y el PP?