Yo me quedo, Risto

"Para dejar a los tuyos, tu casa, tu ciudad, el futuro que no existe pero te habías imaginado, hay que tenerlos bien puestos. Pero quedarse también lo es"

PROTESTA DE CARA A LA CELEBRACIÓN DE LA REUNIÓN DE LOS MINISTROS DE TRABAJO DE LA UE

PROTESTA DE CARA A LA CELEBRACIÓN DE LA REUNIÓN DE LOS MINISTROS DE TRABAJO DE LA UE / cmm

MERCHE NEGRO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No me gusta nada tupersonaje, Risto. Me gusta cómo escribes. De hecho me encanta. Tampoco te he seguido mucho, no te miento, últimamente por aquello de que compartimos un poco de espacio tú y yo aquí. Recuerdo hace unos meses cómo hablaste a una mujer en ese tono a loRimbaudque usas tanto, que de hecho sería canallesco y chulapo de haber nacido tú donde nací yo. Leí cómo le decías que te olvidara, que no merecías la pena. Te felicito porque de alguna manera todos hemos vivido algo así desde alguna de las dos partes y dudo haber leído otro texto que exprese mejor la cruda realidad de algo así con sus placebos, engañifas y pequeños placeres. Y no te hablo de tu último texto sobreConcha, sabes que estuviste redondo.

Y sin embargo,ayerno. Estamos mayores para resolver todo con el desprecio, lacrítica absoluta y la evocación del apocalipsis zombie. Yo por lo menos. Puedes pensar lo que quieras aunque dudo mucho que lo que escribiste realmente sea lo que opines. Digo, puedes pensar lo que quieras pero a veces es mejor no compartirlo todo. Si yo te contara lo que pienso de mi propio escenario, de la gente que más quiero o de la que más detesto. Ay madre, si lo hiciera.

Has hechotrampa, Risto. Has cogido las palabras que ensamblas en frases cortas y expeditivas de esa forma tan característica tuya, e intentas colocarnos en el proceso mental que concluye con que la única solución es efectivamente, largarnos.

Te voy a contar una cosa que no es nueva para ti, si tú conoces gente de sobra:irse es una mierda. Irse solo es enfrentarse a la duda de si algún día podrás volver, o si encontrarás algo o a alguien que te confirme en tu decisión y no quieras volver ni para las uvas. Pero irse en compañía es mucho peor: llevarte a tus hijos, a tu pareja contigo, con tu currículum de unos casi veinte años cuando rozas los cuarenta: dos décadas en las que has ido construyendo tu vida tacita a tacita que decía aquella en el anuncio, aún lo recordamos y tú sabrás por qué, rey de la publicidad.

Huir es de valientes, dices. Y esa vuelta que le das al calcetín me parece muy acertada, te lo reconozco. Porque es verdad. Ya está bien de entender la existencia como acorde a las tablas de la ley o contraria a las mismas. Para dejar a los tuyos, tu casa, tu ciudad, el futuro que no existe pero te habías imaginado, hay que tenerlos bien puestos. Fíjate que yo no me he atrevido.

Pero quedarse también lo es. Y aquí te hago la crítica que me ha hecho sentarme a escribirte cuando tengo mil y una cosas que hacer, y ahí seguirán cuando termine: quedarse porque resulta que pariste una hija como es mi caso, a la que prometiste unmundo justo. Y las promesas se cumplen. Y mira que jode a veces: en qué momento lo dije, porqué no me estaría calladita, a qué te metes Manolete. Pero lo dije. Y aquí estamos. Y una vez pasas los treinta y tantos entiendes de una vez que pintas algo aquí, y que más vale que te muevas para hacer cosas. Si es con algún otro, mejor. ¿Que es mejor que caiga el maná del cielo? Sí, como que te traigan un mojito a la tumbona, si dónde vas tú a comparar. Claro que los que dejamos de leer la Biblia hace años ya para agarrarnos a otros libros e historias igual de falsas pero oye, bastante más creíbles, preferimos menear el culo. Quizá con rabia, esa de la que hablo con algunos amigos comunes que tenemos tú y yo y que me llevan a imaginar tu persona de una forma un tanto diferente a tu personaje, de otra forma no me explico la coincidencia.

Y otra cosa: el mantra de que todos lospolíticosson iguales ya está amarillento de tanto usarlo. Tú deberías saberlo. ¡Virgen santa cómo adjetivas!: "espabilados, mamones pestilentes y corruptos que comparecen, sobreactúan, se tapan unos a otros, se imputan y se desimputan y acaban exculpados, sobreseídos, prescritos y diluidos en la más insolente nada o peor aún, indultados por cualquier amiguete a pie de página de la actualidad".

Esto es muy tuyo, Risto. Y tan falso como tu personaje. Y que te entiendo, deberías haberme escuchado a mí estos últimos días lanzar los mismos sapos y culebrasa la opción política que defiendo. Un par de buenos disgustos me he llevado. Pero discúlpame la disrrupción: creo que la forma más honesta de enfrentarse a esta mierda es acompañar y exigir, apoyar y reclamar cuando no responden, recordar quiénes son y a quién se deben. Cada uno a los suyos, no he venido aquí a hacerte campaña por nadie, qué ordinariez sería eso. ¿Sabes aquello que nos decía mamá de "cuesta más hacerlo mal que bien"? Pues esto es así. No cansa tanto, quizá te obliga a ser riguroso, a estudiar todas las variables antes de hablar. Más aún si eres un personaje (que no persona) conocido y escribes tan bien como tú, y se te espera.

Y oye, que no te veo en las "pírricasmanifestaciones callejeras" que citas. Eh, y mira que me gustaría. Yo también quiero que elNew York Times nos lleve a portada. Y elWashington Post, yReuters, que nos tiene ganas. Pero si somos los mismos centenares los que estamos siempre esto no va. Ayer estábamos aquí en Barcelona en la Delegación del Gobierno, y tú no estabas. ¿Por qué no te pasas un día? Seguro que las cámaras te siguen. ¿Por qué no vienes dos días? --hoy también hay concentración--. Convencida estoy de que algún amigo más tuyo conocido te acompaña. ¿Por qué no te vienes el tercero? Puede que empieces a empatizar y a no despreciar el esfuerzo. ¿Por qué no te callas, y nos acompañas?

Me encantará leerte, una vez vengas. Porque quedarse y no rendirse es otra opción quizá no tan sexy para ser escrita por ti, pero igual de valiente.

Hazme sitio Risto. Porque también quiero la parte del futuro que me corresponde aquí, y yo me quedo.

El blog de Merche Negro