Messi, Rajoy y el agua de borrajas

"La lógica nos indica que Messi podrá acreditar ante la opinión pública que un joven como él, centrado en seguir siendo el mejor del mundo en su oficio, nada sabía de turbios manejos"

Messi y su padre, en el Camp Nou, en el 2011.

Messi y su padre, en el Camp Nou, en el 2011. / periodico

RAMON MIRAVITLLAS

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Si bien siempre habrá un antes y un después de la defraudación deLeo Messi al fisco (los enemigos deportivos la convertirán en arma arrojadiza), la figura del futbolista emblema del Fútbol Club Barcelona saldrá incólume.

Veamos por qué:

La excelencia de Leonel Messi está concentrada en su psicomotricidad. Cuando le escuchamos, no tenemos la impresión de estar ante una mente capacitada para la 'contabilidad creativa'. Tampoco su padre parece ser el cerebro de una trama como sostiene ampulosamente la Fiscalía. Lo habitual en estos casos es dejar los asuntos de impuestos en manos deasesores, esos sí, extremadamente preparados para 'optimizar' (expresión del ex ministro Josep Piqué) el abono de tributos y montar ingenierías financieras sofisticadas.

La cuestión reside, entonces, en si Leo Messi o su padre conocían la frontalilegalidaddel planteamiento fiscal de sus consejeros de inversiones, y por tanto si lo consintieron o no. La lógica nos indica que Messi podrá acreditar ante la opinión pública que un joven como él, centrado en seguir siendo el mejor del mundo en su oficio y un espejo de virtudes, nada sabía de turbios manejos. Ante la ley, ya acreditará por él su bolsillo, que ha reaccionado rápido. Su padre, aun con mayor dificultad, podrá hacer lo mismo, en especial si su hijo le exculpa ante los medios explícitamente.

La figura desprendida de Messi, un joven siempre atento a consolar las desgracias individuales y a trabajar con una sonrisa por los niños desfavorecidos y lasgrandes causas humanitarias, se ha acentuado este verano, neutralizando en buena parte las sombras judiciales. Las imágenes del futbolista concentrado en jugar un fútbol benéfico con amigos y en toques de filantropía nos inducían a subrayar que era ajeno a todo lo malvado. Una figura consagrada por entero a su vocación, de la que ya se nos pregona que regresa al tajo más fuerte que nunca. 

España carece de la cultura nórdica del sostenimiento fiscal del Estado, ha vivido 40 años de dictadura expoliadora y desde 1996 la furiosa campaña de desprestigio de lo público y sus servidores, así que sus ciudadanos tienen positivamente muy integrada la picaresca fiscal. Los españoles nos entregamos a la doble moral de autoexonerarnos oficialmente de lacorrupciónprotagonizada por políticos, mientras aprobamos o incluso jaleamos las burlas a 'Hacienda-somos-todos' en la distancia corta e íntima.

La aparición explosiva del presidenteRajoy, sometido a una sólida carga acusatoria de corruptela continuada más allá de los pequeños choriceos, actúa como un elemento de distracción en auxilio de Messi, porque permite al contribuyente medio vomitar contra este hombre-estatua las culpas en primera y ancha instancia, y echarle el fango que la legión de seguidores del crack o del Barça nunca verterían sobre su ídolo. Quienes no ensucian a Rajoy por partidismo, ensucian a lossocialistas andaluces, cuyo estallido en el caso de los ERE también distrae del ruido contra Messi.

El fragor disolvente y fratricida que dañará seriamente al club viene de otros lados.