Con las víctimas del terrorismo

En 25 años de trabajo he podido conocer la opinión de cientos de víctimas además de contactar con representantes de diferentes gremios incluido el político, del que pocas cosas nos pueden sorprender. Pero la capacidad de asombro aumenta al asistir a ciertos movimientos con una lógica base inicial que una vez revisadas las causas demuestra un completo desconocimiento de la realidad, lo cual nos lleva a asistir al comprensible enojo de muchas víctimas, generalmente las que nos enfrentamos a aquellos que anhelan conseguir proyectos partidistas utilizando el dolor ajeno en beneficio propio.

Sobre la asistencia moral dirigida a las víctimas del terrorismo es indiscutible que han habido representantes políticos que no han estado a la altura mínima exigible. También hay quien ha recibido cantidades ensobradas para reparar los cristales o el mobiliario personal tras sufrir la explosión de un artefacto o quien se apropió de los recursos para los huérfanos. Otros no han mostrado el más mínimo atisbo de humanidad porque su totalitarismo y la socialización del terror les impiden razonar por sí mismos. Recuerdo a aquellos con la suficiente bonhomía para reconocer que no supieron hacerlo mejor y les faltaron reflejos, como explicaba el exalcalde de Vic. Otro sector: aquel que sin cámaras ni altavoces mediáticos ha ayudado cuando ha sido necesario, ya sea a nivel particular o colectivo. Quiero romper una lanza por estos últimos.

Algunas víctimas me hacían llegar su mezcla de duda, rabia, impotencia o incredulidad al leer que ciertos grupos parlamentarios catalanes no se habían adherido a una propuesta de «reconocimiento» a las víctimas. Los hechos no se desarrollaron como se han contado al no cumplirse los protocolos correspondientes. Por eso, porque creo personalmente que los grupos parlamentarios honran y se interesan por las víctimas del terrorismo, me veo en la obligación moral -y previa solicitud a los dos interesados- de explicar dos experiencias que se habían mantenido en la más estricta confidencialidad. Cuando el Gobierno central coordinó mi encuentro de junio del 2012 con uno de los autores de los atentados etarras en Catalunya (entre octubre de 1986 y junio de 1987), días después tuve la oportunidad de entrevistarme conMontserrat Tura,exconsellerade Justícia y conArtur Mas. En ambas ocasiones el mismo planteamiento: pese a que la información había aparecido en más de 150 crónicas querían conocer directamente y sin intermediarios la realidad del encuentro y el estado de ánimo tanto a nivel personal como colectivo. Saber que solo una víctima presentó una queja frente a más de 400 mensajes de apoyo dejó en evidencia la ignorancia en la que viven algunos de los que se hacen llamar representantes de «las» víctimas. Otro ejemplo es el del sábado 22 cuando se otorgó el nombre deJoan Fructuoso Gómeza la sala de actos del Centre Cívic Navas.Joan fue la primera víctima civil asesinada por ETA en Catalunya, en abril de 1987. En presencia física o por previa notificación de adhesión, allí estaban casi todos los grupos parlamentarios catalanes. Casi porque faltó uno. ¿Cuál? La respuesta está en un blog:eltrasteroazul.com.

Por ello, ¿cómo alguien puede decir que el Parlament no honra a las víctimas? El Parlament ayudó a cientos de víctimas de los cuatro atentados del 11-M, que el pasado año organizó un acto para conmemorar los 25 años de Hipercor, que otorgó en febrero del 2012 una ayuda de 50.000 euros aunque se desconoce dónde ha ido a parar...

Se celebra el día de la víctima del terrorismo en el Congreso de los Diputados y vuelve a repetirse la lucha de egos cuando ciertos representantes respaldan el acto, otros no y otros cambian de opinión del sí al no para volver al sí en cuestión de horas. Hay quien protesta por la presencia de Amaiur pero invita a los que comparten espacio con Sortu... y aparecen las preguntas del tipo ¿quién toma esas decisiones? ¿son colegiadas? ¿son consultadas bajo acta? Existiendo víctimas cuya filiación figura en más de una asociación... ¿quién las representa? ¿la asociación que asiste o la que se niega a asistir? ¿es cierto que alguien ha desestimado una ayuda económica del Gobierno vasco sin consultar al resto de entidades?

Que existen personalismos en el ámbito de las asociaciones de víctimas del terrorismo es visible pero, pese a todo, dentro de este colectivo que afecta a tantos ciudadanos anónimos y por tanto absolutamente plurales, siempre estarán los que luchamos por la dignidad, el respeto a la legislación y el trabajo por el bien de la comunidad. Para evitar más sufrimiento al resto de la ciudadanía. Los 365 días al año.