¿Veremos un Salario Mínimo Mundial?

Un minero trabaja en un explotación de Xiaoyi, en la provincia de Shaxi.

Un minero trabaja en un explotación de Xiaoyi, en la provincia de Shaxi.

Joan Miquel Piqué

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No es una idea nueva. Desde que a finales del siglo XIX se ensayó por primera vez en Australia y Nueva Zelanda, y en 1909 saltó al Reino Unido, elsalario mínimo establecido por Ley ha sido un instrumento importante en los mercados de trabajo de muchos países. Existen naturalmente las razones relacionadas con su capacidad de proteger a los trabajadores, así como para mejorar las condiciones de justicia y dignidad de las personas. Pero también desde el punto de vista económico, se han probado sus ventajas en la reducción de los niveles depobreza ydesigualdad derenta, su potencialidad como mecanismo de estabilizador automático de la economía y de apoyo al consumo, o de reducción de las brechas salariales entre los que cobran más y los que cobran menos, así como la reducción del gasto en políticas sociales y de apoyo a los más vulnerables.

Con la globalización y la crisis económica, el tema vuelve a ponerse encima de la mesa por muchas razones. Ya no es tan solo el debate sobre los minijobs alemanes, o la cruzada delBanco de España para que las empresas españolas vuelvan a ser competitivas a base de reducir los salarios hasta que tengamos que pagar por trabajar. No, no es solo eso. Es que la globalización económica ha permitido que algunas empresas sin escrúpulos aprovechen normativas laborales inexistentes para conseguir que sus márgenes sean mayores a base de producir en países donde sus trabajadoresson niños o personas sujetas a jornadas de trabajo maratonianas.

¿No sería relativamente sencillo establecer que en ningún país del mundo se pueda pagar un salario/hora inferior a lo que cuesta vivir en condiciones dignas? Las paridades de poder de compra (PPP, o lo que puede comprar cada moneda en cada país) están también inventadas desde hace tiempo, y por tanto seguramente sería más fácil conseguir un Salario Mínimo Mundialque acabar con los paraísos fiscaleso elfraude, lo cual parece que actualmente está en el punto de mira y la agenda del G-8.

A pesar de los complejos sistemas de salario mínimo que hay en países tan importantes para el crecimiento mundial como India o Brasil, tenemos análisis exhaustivos que demuestran los efectos positivos del salario mínimo (por ejemplo, expuestos por la Organización Internacional del Trabajo en World of Work Report 2013, o el Informe Mundial sobre Salarios). Es una cuestión, como tantas otras, de voluntad política, y sería una oportunidad excelente para lavarle la cara a la globalización. Piénsenlo.

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