MIRADOR

La distorsión de los ejes

JOAQUIM COLL

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Pocas novedades aporta la encuesta del desprestigiado CEO a la que ya publicó EL PERIÓDICO hace dos semanas. Confirma el desplome de CiU y el ascenso de ERC. Luego viene un pelotón de partidos con el PSC como tercera fuerza, seguido a cierta distancia por PP, ICV y Ciutadans. Cierra la CUP, que podría doblar su representación. Hay que recordar una vez más que estamos frente a tendencias. La participación electoral es clave y dicha encuesta la cifra solo en un 60%, cuando en las elecciones catalanas de noviembre fue de casi 10 puntos más.

Al margen de los aspectos electorales, hay otros que llaman mucho la atención y que pueden ayudar a entender ciertas distorsiones sociológicas, tanto en la intención de voto como en las cuestiones identitarias, siempre tan subrayadas. El primero es que, según la encuesta del CEO, la mitad de los catalanes se informa a través de TV-3, lo cual es empíricamente falso. Aunque la televisión pública catalana es la más vista, su audiencia está ahora mismo en el 16%. Solo Tele 5 y La 1 juntas alcanzan ya el 23,5%, según datos oficiales del pasado mes de mayo. No es este el único indicador que señala poderosas distorsiones en la muestra o en las respuestas de los encuestados, como, por ejemplo, que el diarioAraaparezca como el tercero más leído en Catalunya por encima deEl País,que vende bastantes más ejemplares. Otra cuestión sorprendente es la autodefinición ideológica. Si los datos fueran ciertos resulta que Catalunya sería el país más de izquierdas del mundo: el 39% se define así, frente a solo el 3,8% que se siente de derechas, el 7,4% de centroderecha y el 15,5% de centro. Entonces, ¿cuánta gente de izquierdas vota a CiU? Más aún, increíblemente, ERC aparece valorada en la encuesta como un poco más a la izquierda que ICV y la propia CUP, radicalmente anticapitalista.

¿Qué sucede? Pues que el eje izquierda/derecha está distorsionado por la pulsión soberanista. En el resto del mundo, la clase alta o medio alta tiende a considerarse de derechas o de centro derecha. En Catalunya, todo lo contrario. Como señala el investigadorDavid Lizoaincon datos cruzados del CIS, «aquí los ricos se sienten más de izquierdas que los pobres». ¿Por qué razón? Muchos se han vuelto independentistas y creen que eso es de izquierdas, bien porque asocian ser de derechas con el españolismo rancio o porque confieren a su sueño un aroma romántico que solo casa bien con el izquierdismo, no fuera a ser que los acusaran de moverse por razones de egoísmo insolidario. Contrariamente, las clases humildes no solo son más moderadamente de izquierdas sino que su apoyo a la independencia es muy bajo, concluye en sus trabajos otro investigador,Pau Marí-Klose.El viaje a Ítaca lo impulsan unas élites económicamente de derechas que se creen de izquierdas. La distorsión de los ejes produce estas paradojas.