¡Malditas metáforas líquidas!

La encuesta publicada la semana pasada por EL PERIÓDICO ha confirmado las grandes certezas que marcan la política de Catalunya desde el 25 de noviembre del 2012. La primera: hay una mayoría creciente partidaria de la celebración de una consulta sobre la independencia y favorable alsí. La segunda: CiU, la coalición que está comandando el proceso, pierde no una sino tres o cuatro sábanas en cada colada. La encuesta confirma, también, una tercera certeza, anterior al 25 de noviembre: gobernar gasta, gobernar en tiempos de crisis gasta mucho, y gobernar -en crisis- hablando todo el día del derecho a decidir gasta más todavía. La prueba del nueve de esta certeza la ofrece Esquerra Republicana, que, como no gobierna ni se siente comprometida con las políticas de quien lo hace pero alimenta la expresión máxima de la pesadilla de España y el sueño de una Catalunya independiente, va recogiendo los apoyos que pierde CiU.

Aunque se presta mucho a las metáforas marineras (hace tiempo que todo son timones y tormentas, y naves que zarpan hacia Ítaca), creo que el paralelismo que se puede aplicar aquí es más bien de agua dulce: el turbado presidente y su pueblo se encuentran en medio del río salido de madre de la crisis económica y con el riesgo de que la riada nos lleve aguas abajo. Una mayoría creciente, de ilusionados y desengañados, le pide que tire hacia la otra orilla, pero también hay un ruido de fondo contrario (el de los poderes fácticos) que le aconseja una rectificación.Massabe que solo puede ir hacia adelante, aunque políticamente se dejará ahí la piel. Él precipitó esta fase de la travesía, mucho más acelerada y frágil de lo que habría querido. Pero sabe que si rectifica y da marcha atrás deberá irse a casa con un fracaso personal y una frustración colectiva que le perseguirán mientras viva. ¡Malditas metáforas líquidas!