Rajoy debe hablar y pactar con Catalunya un nuevo estatus

"Hay mucha gente ilusionada que se ha creído que de un día para otro Catalunya será un Estado independiente. Y esto no será así, guste o no"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy

JOSEP A. DURAN I LLEIDA

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Estimadas amigas y estimados amigos,

Os escribo desde el otro lado del Atlántico, concretamente en el vuelo de Brasilia a Río de Janeiro donde terminará la visita a Brasil de una delegación de la comisión de Exteriores del Congreso. Este es un país con una economía creciente que hoy forma parte de los BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Si bien la presencia económica de empresas del conjunto del Estado es importante, tiene perspectivas de serlo aún más en el futuro. Pero políticamente, aunque no hay problemas bilaterales entre el Estado Federal de Brasil y el español, y que las relaciones son buenas, hay que mejorarlo. Brasil es un país clave y lo será aún más en el futuro. Mejor dicho: es más que un país, es todo un continente.

Por Twitter ha habido comentarios que no me sorprenden, teniendo en cuenta cómo están las cosas, pero que ponen de relieve la confusa convulsión en la que vivimos. Evidentemente, como presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados, yo voy a defender los intereses del conjunto de España. Por cierto, a la hora de hablar de economía, los intereses catalanes ocupan un lugar preeminente, tanto a nivel de grandes empresas como Agbar, Gas Natural, Abertis, etc., como de despachos profesionales, pymes y microempresas. Por hacer eso, sectores independentistas te dicen de todo en las redes. Me parece que hemos perdido un poco el norte. Mientras Catalunya forme parte de España, todos--independentistas o no-- participamos de las instituciones parlamentarias. Sin perder nunca la condición de catalán y situando en primer lugar los intereses y compromisos de Catalunya, debemos legislar y actuar defendiendo los del conjunto del Estado.

NO HAY QUE CREAR ESPEJISMOS

Creo que todo el mundo ha de serenarse --que no quiere decir renunciar-- a las reivindicaciones nacionales. Hay mucha gente ilusionada que se ha creído que de un día para otro Catalunya será un Estado independiente. Y esto no será así, guste o no, se esté de acuerdo o no. Comprendo y respeto a las personas que lo creen, pero los que tenemos responsabilidades y sabemos --no por sabios, sino para conocer más la realidad--, debemos intentar racionalizar todo el proceso y no engañar ni crear espejismos que lo único que harían serían llevarnos a una frustración colectiva por la que pagaríamos un gran precio. Eso no quiere decir que aceptamos el estatus actual de Catalunya dentro del Estado y el trato que recibimos. Tenemos la obligación de luchar por cambiarlo en lugar de resignarnos y rendirnos. Eso nunca! Pero repito: no conviene que aticemos el fuego diciendo cosas que no son o abonando la prisa, que es claramente enemiga de las aspiraciones y necesidades del país. No hay que dormirse, pero sí hacer las cosas bien y con responsabilidad.

Tal como salió el fin de semana pasado en la prensa, es cierto que el jueves nos vimos con el primer secretario del PSC, Pere Navarro. Siempre he defendido y practicado --y defenderé y practicaré-- el diálogo. Estos días de viaje de avión me he leído el documento de trabajo de la Fundación Rafael Campalans 'Por una reforma constitucional federal' y hay cuestiones en las que estoy de acuerdo y otras en las que discrepo. Pero, en todo caso, del PSC y de ICV no podemos prescindir. Los unos y los otros tendremos que hacer renuncias, pero si se apartan PSC e ICV-EUIA del proceso de la consulta, éste quedaría debilitado. Ya sé que hay mucha gente a la que gustaría que CiU y ERC lo lleváramos igualmente adelante, pero sería un error y, además, dividiríamos profundamente a la sociedad.

CDC Y UNIÓ COMPARTIMOS COMPROMISO

La prensa también ha dicho que me vi el pasado viernes con el 'president' Mas. Esto no es ninguna noticia. Procuramos hablar tanto como podemos y nos vemos semanalmente. Ya sé que, para desgastar al 'president', unos lo presentan como el malo y a mí como el bueno y el estadista. Y al revés: para otros el bueno es Mas y yo soy la rémora y el malo. Lo he dicho muchas veces: todo el mundo tiene suficiente trabajo en su casa como para hurgar en casa de los demás. El 'president' Mas y yo, y CDC y Unió, tenemos el mismo compromiso de convocar una consulta legal, previo diálogo --y para mí, si puede ser, pacto-- con el Gobierno del Estado, y hacerlo en el 2014 o, si las circunstancias lo aconsejan, después, pero siempre a lo largo de la legislatura y hacerlo sumando el máximo número de fuerzas políticas. Este es un compromiso común. ¿Que a partir de aquí puede haber opiniones matizadas? Sí. Como hay en el seno de Unió y en el seno de CDC. Pero lo que importa es el compromiso común.

Y como hablo de diálogo, debo hacer referencia a lo que debería haber, pero no hay, entre el Gobierno central y el de la Generalitat sobre la cuestión catalana. Esta semana, en la sesión de control del Senado, el presidente Rajoy dijo a nuestro portavoz que presentáramos una alternativa a la 'ley Wert'. Pues bien, el mejor signo de que Rajoy se toma en serio lo que pasa en Catalunya y las demandas de una gran mayoría de la sociedad sería que retirara la 'ley Wert', o que retirara todo lo que tiene de invasión competencial y la parte que significa una amenaza real al modelo educativo catalán de inmersión lingüística. Rajoy debe hablar y pactar con Catalunya un nuevo estatus que permita ser admitido por una gran mayoría de catalanes que exprese su voluntad en una consulta. Un demócrata no debe tener miedo a la democracia.

NECESIDAD DE DIÁLOGO Y ACUERDOS

Sin embargo Rajoy debería coger el toro por los cuernos de una vez y hablar y propiciar un gran pacto a nivel de Estado para afrontar la crisis económica y sus consecuencias sociales. Me alegro de que en el mes de mayo hayan ido bien las cifras de paro, pero a partir de octubre volveremos a ver la realidad. La UE pidiendo más deberes, y la mayoría absoluta del PP no resulta suficiente para dar respuesta a la crisis, a las demandas internas de la sociedad y a las exigencias europeas a la vez. Diálogo, Rajoy, y acuerdos es lo que nos conviene. Es lo que conviene y quiere, además, una gran mayoría de ciudadanos. No tiene ninguna justificación que, como decía la semana pasada, se dejen los temas sobre la mesa esperando que el tiempo los resuelva. Puede ser la actitud de mucha gente, pero nunca debería ser la de un gobernante.

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