Mariano y la medida de las cosas

Creo en la política y quiero creer también que la mayoría de las personas que ejercen como políticos en activo lo hacen movidos por un innegable afán de servicio público, por ideales y para buscar mayores cotas de bienestar para sus conciudadanos. Considero también que las manzanas carcomidas deben ser separadas del conjunto, eliminadas de forma ejemplar. Habrá pues que espabilarse para poner en funcionamiento todo un conjunto de mecanismos correctores para conseguirlo. Eh! Eso sí, incluyendo la Casa Real y aquellos organismos e instituciones que reciben dinerito procedente de los impuestos ciudadanos.

MEDIR LAS ACTITUDES Y LAS PALABRAS

Pero para lograr mejorar las relaciones ciudadanía-política no bastará con un montón de leyes de transparencia, ni con la democratización interna de los partidos, ni con la híper participación ciudadana en los procesos electivos y decisorios. Todo esto es bueno y necesario, de acuerdo, pero hay algo mucho más sencillo, menos complicado y más barato que habrá que hacer. ¿Qué? Muy sencillo, es imprescindible que aquellos que ostentan un puesto de dirigente en la política del país dejen de hacer el bocazas y midan mucho más las actitudes y las palabras que pronuncian. Mariano Rajoy, en Sitges, ha paseado y disertado entre empresarios con una pose prepotente y despreciativa. Fatal. En lugar de dejar puertas entreabiertas se ha apresurado a cerrarlas. En lugar de valorar la posición de los demás, ha preferido menospreciar las mismas. Lo ha hecho con soberanistas y federalistas, ignorando que ambos planteamientos cuentan, actualmente en Catalunya, con más del 80% de apoyo entre los ciudadanos... Pero eso no me preocupa. Todos sabemos de dónde procede el PP y cuáles son sus referentes históricos, políticos y culturales.

LILIPUTISMO INTELECTUAL

Les parecerá una tontería pero, lo que más me ha sorprendido del pensamiento marianista verbalizado en la blanca Subur ha sido la similitud de su léxico con la de los consultorios sexológicos. Ahora que todo el mundo parece tener asumido que el tamaño no importa, sino que lo que cuenta es la habilidad, llega Rajoy y nos dice que el tamaño es fundamental aunque se planteen tonterías. Ejem!

Decía al comienzo de este artículo que creo en la bondad de los políticos honestos pero tengo que decir también, en honor a la verdad, que me preocupa el liliputismo intelectual de don Mariano. También me sorprende otra gente. Sí, aquellos que midiendo a los políticos nos advierten diciéndonos que "Duran es separatista pero de baja intensidad"...

Este fin de semana en Catalunya, además del liliputismo intelectual del presidente del Gobierno, hemos encontrado también argumentos en boca de políticos que nos indican que estamos ante un proceso de jibarización argumental.