Las cifras frente a los argumentos

Las estadísticas y Mourinho

La utilización parcial y sesgada de datos objetivos debilita la confianza en este tipo de información

JAUME GARCÍA VILLAR

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Este 2013 se celebra el Año Internacional de la Estadística por iniciativa de cerca de 2.000 instituciones públicas y privadas, académicas y empresariales de todo el mundo, encabezadas por organizaciones de gran prestigio como el International Statistical Institute, la Royal Statistical Society o la American Statistical Association. Entre los objetivos de esta celebración destaca el de aumentar la conciencia pública sobre el poder y el impacto de las estadísticas en todos los aspectos de nuestra sociedad.

En estos últimos tiempos son numerosos los ejemplos en los que la referencia a estadísticas ha sido pieza clave en algunas afirmaciones. Quizá, por la gran difusión que tiene el fútbol en nuestro país y también por el papel que el personaje ha tenido en el fallido intento de cambio de ciclo en el fútbol español, unas recientes declaraciones deJosé Mourinhoson un buen ejemplo del impacto (indirecto) de las estadísticas en nuestra sociedad y, sobre todo, de lo tendencioso que puede resultar el mal uso de las mismas.Mourinhocomparó, para destacar su trayectoria en su actual equipo,sustres semifinales en la Liga de Campeones con las cinco alcanzadas por los anteriores técnicos de su club en los últimos 21 años.

¿Hay algo de falso en las estadísticas deMourinho? No. ¿Hace un uso adecuado de la información estadística? No. Hace un uso interesado. Seolvidade que en esos 21 años el club al que aún pertenece ha ganado tres Ligas de Campeones, dos de ellas con el mismo entrenador en cuatro temporadas. Obviar u omitir información estadística, aunque no se manipule la que se utiliza, es un mal uso de la estadística y contribuye a debilitar la confianza en la misma.

Pero no pensemos que ese uso inadecuado de las estadísticas no puede darse en ámbitos en los que las consecuencias de esas actuaciones van mucho más allá de lo anecdótico que pueden ser las declaraciones de un entrenador con los dos pies fuera de su club.

No hace mucho ha sido publicado un artículo académico en el que unos investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst han cuestionado los resultados de un estudio del 2010 en el que los profesoresReinhartyRogoffconcluían que en países con niveles de deuda por encima del 90% del PIB las tasas de crecimiento eran inferiores a las del resto. Dicho resultado ha sido una referencia muy utilizada a la hora de justificar las políticas de austeridad seguidas a lo largo de esta crisis por muchos países.

La cuestión era que, aparte de algunos errores de cálculo y codificación, la no consideración de los datos correspondientes a algunos países incidía en esepotencialerror en los resultados y, por tanto, en las implicaciones de política económica. De nuevo, la no utilización de toda la información, aunque la utilizada no sea manipulada, puede conducir a resultados que potencialmente distorsionan la realidad, socavando, en este caso más que en el deMourinho, la confianza en las estadísticas.

El uso incorrecto se hace particularmente preocupante cuando hablamos de la estadística oficial, que provee una visión del trabajo del Gobierno y un seguimiento de las políticas públicas, aunque en la actualidad también atiende los intereses de la sociedad en general en la medida en que la toma de decisiones se basa en la evidencia. Por ello la estadística oficial tiene la consideración de bien público, y de ahí la importancia de la credibilidad y la confianza que debe merecer, a lo que no contribuyen declaraciones como las del presidente de la CEOE, que no solo ha tildado de manifiestamente mejorable la encuesta de población activa del Instituto Nacional de Estadística sino que ha dado más credibilidad al registro de parados del Servicio Público de Empleo Estatal en base a que aquella es una encuesta y este contiene nombres y apellidos, mostrando un profundo desconocimiento sobre qué se mide con cada fuente.

No juguemos con la estadística oficial. La confianza en la misma requiere de su calidad, siendo el Código de Buenas Prácticas de las Estadísticas Europeas el marco común de calidad para el Sistema Estadístico Europeo, en el que se recogen principios referidos al entorno institucional, los procesos estadísticos y la producción estadística. Dicho código ha visto reforzado su papel en los últimos tiempos tras las revisiones realizadas en el 2009 por el Gobierno griego en relación con las estadísticas de déficit y de deuda, sobre todo en lo referente a la independencia profesional de las autoridades estadísticas, no solo en términos reales sino también formales. En este caso sería de aplicación la frase que en su literalidad algunos atribuyen aJulio Césary otros aPlutarco: la mujer del césar no solo debe ser honrada, sino parecerlo.