IDEAS

La nueva era

BEATRIZ DE MOURA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Desperté el pasado 24 de abril trasplantada en una nueva era. Había sido largamente anunciada, aunque escasamente atendida. Allá por el inicio de la década anterior, yo misma me había hecho eco -en vano, hay que reconocerlo- de semejante mutación en algunos foros profesionales. Decidí entonces tirar la toalla y permanecer para mis adentros sobre aviso. Intuía que, a medida que se agudizara la crisis económica mundial -y, en paralelo, se incrementara el proceso decibernetizaciónde los seres humanos- iríamos todos percatándonos de que algo irreversible estaba produciéndose. Pero una cosa es presentir un cambio y otra muy distinta encontrarse prácticamente de la noche a la mañana en otra realidad, y ya sin retorno posible. Y me dije: bueno, aquí la tenemos nuestra nueva Era, ajena ya del todo a la de Gutenberg. Y ahora ¿qué?

Ante todo, intentar comprender la naturaleza profunda de un mundo en que leer, en cualquiera de las modalidades disponibles hoy, ha dejado de ser una vía de conocimiento, además de un pasatiempo placentero. Se cumple al fin la profecía deMarshall McLuhan-considerada apocalíptica en los 60- según la cual el medio es, en efecto, el mensaje. Sé que al reconocer esto como un hecho, caigo en la trampa de un posible pesimismo populista o del crónico desánimo del intelectual que cree perdida su causa o del novelista que predica la muerte de la novela. Pero, como editora, más me vale reconocer a tiempo el terreno en el que en adelante me va a tocar seguir moviéndome que empeñarme en ignorar esa realidad, u obstinarme en la necia ceguera de los voceros del optimismo vitalista. Aún es parte de nuestro oficio pensar que, entre otros asuntos urgentes, es este propio oficio el que ya está en juego si nos negamos a traspasar a la nueva era algo de lo que queda de la maltrecha cultura de la pasada; y eso, antes de que el triunfo del wikipediano saber nos envíe de una vez por todas a la masiva expansión de la servidumbre voluntaria y, como dirían a coroSteineryVila-Matas,a la barbarie de la ignorancia.