La rueda

Cien años de Espriu y de Amat Piniella

JAUME BADIA

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Hace cien años nacióSalvador Espriu.También hace cien que nacióJoaquim Amat Piniella.Del centenario deEspriuse habla cada día. Del deAmat Piniella,no. Ambos fueron escritores. De tallas diferentes, evidentemente. Ambos vivieron personalmente la guerra civil y ambos la perdieron. El de Sinera optó por el exilio interior. El de Manresa tuvo que marchar al exilio y, tras pasar por los campos de refugiados de la Catalunya del Nord, terminó prisionero del Ejército alemán e internado en un campo de concentración. En mayo de 1945, mientrasEspriu, desde dentro, se esforzaba en salvarnos las palabras de una lengua que el dictador había prohibido,Amat Piniellarecobraba la libertad después de cuatro años y medio en Mauthausen. Él fue uno de los miles de seres humanos que sobrevivieron a una batalla extrema para conservar la dignidad, luchando para no dejarse vencer irremediablemente por el llamadoespíritu del campo,que engullía cientos de voluntades cada día. Dignidades perdidas que se sumaban a la brutal destrucción de vidas en los laboratorios de la barbarie.

Liberado a los 42 años,Amat Piniellaretrató, ese mismo año y el siguiente (1945/1946), la pesadilla del horror nazi vertiendo su experiencia en un documento sobrecogedor, la novelaK.L. Reich.Un relato hecho a partir de personajes reales, aterrador y al mismo tiempo lleno de bondad. Y constituye una profunda reflexión sobre los límites de la condición humana. K.L. Reichno pudo ver la luz hasta 1963, y aún en lengua castellana.Espriutomó, pocos años después, el relato bíblico deEstherpara construir una extraordinaria metáfora de la amenaza que sufrían su pueblo y su lengua. La misma lengua que el manresano había usado para describir el olor impactante del humo de los crematorios de Mauthausen. Ambos cumplirían cien años.