El futuro de la Unión

Alternativa para otra Europa

Los ciudadanos europeos no deben resignarse con la UE actual, sino luchar por un cambio radical

JOAN JOSEP NUET

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Vivimos en una Europa sin alma que se hunde en las desigualdades, cada día más insoportables, mientras crece la miseria de las personas. Sin embargo, no se puede abordar seriamente la situación actual sin analizar el origen de las directrices políticas y económicas de la UE y, en concreto, de la eurozona.

Hoy ya no se sostienen las viejas propuestas mediadoras de frágiles equilibrios entre socialdemocracia y democracia cristiana en turnos de alternancia bipartidista bajo el pretendido pragmatismo de un capitalismo de rostro humano. Por todo el sur de Europa se extienden la tragedia cotidiana y la desesperanza impuestas por eldiktathomicida de latroikaa una Grecia bajo mínimos, un Portugal sublevado, una Italia lastimada y desconcertada por tecnócratas y populistas, y ahora Chipre.

La crisis de Chipre está poniendo de manifiesto no solo la mediocridad y la hipocresía de las instituciones económicas europeas, sino hasta qué punto los intereses electorales deAngela Merkelsacrifican el empleo y el bienestar de la ciudadanía de los países del sur. En el caso concreto de Chipre, el abuso y el desprecio desde el país rico supone «una nueva colonización», en palabras del líder de Syriza,Alexis Tsipras.

La burla de los ministros de Finanzas del Eurogrupo a la soberanía de los pueblos se convierte ya en un sarcasmo intolerable. El objetivo último de la decisión política del Eurogrupo no es el rescate de la economía chipriota, sino imponer un régimen de dominación económica absoluta a una valiosa región geopolítica, y además ejecutar un castigo ejemplar y amenazador para cualquier país del sur que se resista.

Elnodel pueblo y el Parlamento chipriotas a los planes de disolución de la República de Chipre son a la vez elnode todos los pueblos europeos a un callejón autodestructivo y sin salida para Europa. Pero también en nuestro país la situación supera ya todas las pesadillas. Solo hay una elección: o la pérdida definitiva del proyecto de la Europa de cultura, paz y progreso surgida de la posguerra mundial o construir una nueva Europa fruto de la propuesta ciudadana. En los inicios del siglo XXI, la guerra que hoy se libra en los países del sur de Europa es la guerra contra la ciudadanía.

O es el austericidio y el estallido de la corrupción, o es un cambio radical de políticas. O son los tratados neoliberales, o son los derechos sociales, económicos y la dignidad de los pueblos. O es otra vez un fascismo que crece entre la oscuridad de la pobreza, o es la solidaridad, la equidad y la fraternidad. Y no podemos ni queremos renunciar a una Europa de valores, de garantías civilizatorias, de progreso social y económico, de servicios públicos y de paz.

La esperanza en la recuperación de Europa está en las respuestas ciudadanas, en la recuperación de lo mejor de la historia de cada pueblo al hacer realidad, como cantan en calles y plazas de Portugal, que de nuevo«o povo é quem mais ordena». Se impone reaccionar en confluencia e insurrección. No someternos, ni resignarnos ni autoinculparnos por las políticas impuestas por la UE. Debemos luchar por un cambio radical de emancipación y de futuro.

Hoy la alternativa por otra Europa no solo es posible, sino imprescindible y urgente. En Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) estamos por la labor. Y con muchas potencialidades, complicidades y coherencias: internacionalismo, derecho a decidir de los pueblos, encaje federal, estatal y europeo, desde la defensa de la sanidad y la enseñanza públicas con la gente trabajadora y con compañeros de todas partes, en el Estado y en Europa. Con Izquierda Plural y con organizaciones sociales insurgentes y 35 partidos europeos del mejor abanico de izquierdas transformadoras, integrados en el Partido de la Izquierda Europea. A punto para la confluencia, sumando lo social, político, plural, inclusivo. Haciendo Syriza, pero la real, y con su ayuda y experiencia.

Tenemos en perspectiva una conferencia sobre la UE con Izquierda Unida en junio y el cuarto congreso del Partido de la Izquierda Europea en diciembre. Un escenario adecuado y enriquecedor para ir construyendo nuestra alternativa europea también en la perspectiva de unas futuras elecciones europeas, en mayo de 2014. Con una campaña supranacional nueva y diferente donde hacer crecer la fuerza alternativa de confluencia por la Europa de los pueblos, de los derechos y de las personas.

Esta es nuestra reflexión en abierto a la ciudadanía: trabajar por una Europa de equidad y dignidad, de derechos y valores humanos, para construir una base programática y definir unos objetivos claros y realmente democráticos que nos unan en la acción y nos fortalezcan como alternativa. Hoy, eso que aún está por hacer es posible.

También firma el artículo Antoni Barbarà, responsable de Europa de EUiA.