La rueda

Deterioro, fractura o rectificación

JAUME BADIA

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El presidente del Congreso expulsa a dos diputados de ERC porque habían osado desafiar el reglamento de la Cámara hablando en una de las lenguas que el artículo 3.3 de la Constitución dice que se deben proteger y respetar. Si usas unas cuantas palabras en catalán en medio de un discurso te ganas la simpatía de sus señorías, sobre todo si la cita es deJosep PlaoSalvador Espriu(epd). La cita vernácula también es práctica habitual en los políticos españoles cuando buscan la simpatía de la sociedad catalana. Pero, oh paradoja! si un político se atreve a decir quinientas palabras en la lengua dePlayEspriuen las Cortes, entonces se le sitúa fuera de la ley y se le expulsa. Después del auto del TSJC sobre la inmersión, los diputados de ERC buscaron la expulsión señalando la contradicción.

También la semana pasada, en el Parlament se vivieron un par de abucheos entre diputados de las CUP por un lado, y del PP y C 's por otro. En un caso, fue por un malentendido en relación a los sueldos ensobrados por donde están enganchados dirigentes del PP, y en el otro caso por una velada amenaza deQuim ArrufataAlbert Riverasobre el escrache. Dos incidentes para subrayar que el debate político va subiendo de temperatura a medida que baja de nivel. La serenidad se va perdiendo, en la calle y en las cámaras. En el fondo del pozo donde nos ha llevado la crisis económica, política y moral no hay espacio para la discusión civilizada, ni para la ponderación. Al desplazarse, la centralidad política ha desaparecido. El diálogo civilizado es un cuerpo agónico, descuartizado por el griterío. El oasis de antaño es hoy un lodazal con demasiados silencios insoportables, demasiada porquería que ya no es posible tapar. Se está gestando un movimiento de placas tectónicas en la política española que solo puede acabar en fractura o rectificación severa.