El futuro de la izquierda

Construir la unidad del socialismo

La nueva relación del PSC y el PSOE debe pasar por la aceptación del derecho de Catalunya a decidir

MARINA GELI

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Inmersos en una crisis sistémica que no previmos, la socialdemocracia en Europa, en España y en Catalunya busca caminos nuevos para volver a ser útil. No puede ser una propuesta sintomática ante la quiebra de tantas confianzas, multiorgánica en términos médicos, sino una respuesta sistémica, sólida, de recorrido.

Esta es la realidad de hoy: 25% de paro; pobreza, precariedad, desigualdades crecientes; servicios públicos cuestionados; partidos e instituciones bajo sospecha y emigración; pero también resurgimiento del espíritu comunitario y voluntad de cambio. Ahora más que nunca es prioritario reconstruir la alternativa de izquierdas a los gobiernos español y catalán.

¿Cuál será el papel del PSC? Hace más de un año argumentaba la necesidad de refundar el socialismo catalán, consciente de que hemos perdido base electoral. La sociedad catalana es compleja, fruto de la crisis económica, de la gran diversidad secundaria a la inmigración y de una creciente desafección entre Catalunya y España.

Los progresistas catalanes son hoy, desde la mirada nacional, mucho más diversos. La sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut y la convicción de que sufrimos una mala financiación han hecho emerger un sentimiento mayoritario a favor del derecho a decidir la relación entre Catalunya y España, rupturista o reformista. Esto ha tenido un efecto importante entre los votantes del PSC: unos han votado a CiU, ERC o ICV, y otros, a Ciutadans, que juega un papel de casi revisionismo españolista.

En septiembre pasado, un centenar de socialistas promovimos un manifiesto por el derecho a decidir como punto de encuentro de la mayoría a favor de un proyecto progresista solvente para Catalunya. Las divergencias de cinco diputados socialistas en la declaración de soberanía en el Parlament y el voto del PSC en el Congreso -a excepción de Carme Chacón- a favor del diálogo entre Catalunya y España para celebrar un referendo, imitando el modelo de Escocia y el Reino Unido, evidencian que el PSC es plural. ¿Refundación o ruptura? ¿PSC o PSC-PSOE en Catalunya? Ahora, de nuevo, PSC.

Amplia mayoría a favor del derecho a decidir. El derecho a decidir nos incluye en la mayoría social del catalanismo. No es ruptura, sino punto de encuentro, libertad de expresarse individualmente y colectivamente y un signo de radicalidad democrática. El primer ministro David Cameron interpreta la mayoría de Escocia a favor del referendo, lo posibilita con el apoyo de los laboristas en el Parlamento británico y trabaja para hacer una oferta de continuidad acordada a los escoceses.

Refundación del PSC. Si el PSC tiene vocación de representar a las clases medias y populares, de ser un referente intergeneracional y de rehacer el pacto entre hombres y mujeres, debe liderar un proceso regeneracionista y de apertura a los progresistas. Debemos articular la diversidad en relación con el sentimiento nacional. Hay que sumar lo que representan Navarro, Chacón y Ros. Ahora bien, el derecho a decidir del pueblo de Catalunya, incluido en el programa electoral, debe ser interpretado como eje irrenunciable.

Hay que encontrar los actores para reconstruir la unidad desde la diversidad, aceptando diferencias nacionales, sociales y generacionales. Como en 1978, cuando el PSC-Congrés, el PSC-Reagrupament y la Federación Catalana del PSOE se fusionaron bajo las siglas del PSC, el Partit dels Socialistes de Catalunya.

Nuevo Pacto de Abril con el PSOE.En 1978, Joan Reventós firmó el pacto de unidad con Felipe González. La federación entre PSC y PSOE preveía un grupo parlamentario propio y explicitaba el derecho de autodeterminación. Ahora, Pere Navarro y Alfredo Pérez Rubalcaba deben actualizar el pacto, unidad desde la libertad y en plano de igualdad. Siempre he defendido el grupo parlamentario propio. Y si no, voz clara y libre.

Pero más allá del instrumento relacional en el Congreso -en el Senado el PSC tiene grupo diferenciado a través de la Entesa-, hay que definir si compartimos un proyecto en los ámbitos económico, social, cultural y territorial. Nos une la necesidad de reformar la Constitución y de ofertar un proyecto federativo para Catalunya. Pero hay que concretar, conocedores del escepticismo instalado aquí, incluso entre los socialistas. El PSOE debe escuchar a la mayoría de catalanes, que quieren una consulta pactada y legal. Como dice el expresidente del Consejo de Estado Francisco Rubio Llorente, hay que articular una ley orgánica que permita delegar el referendo dentro de la Constitución. Solo aceptando el referendo podrán el PSOE y el PSC articular una propuesta desde la izquierda, de soberanías compartidas entre Catalunya, España y Europa. Vivimos un proceso constituyente y depende de nosotros ser uno de sus protagonistas. Construir un proyecto en positivo, sin miedos, sin liderar las contras.