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La Policía Nacional vuelve de la mano de Sánchez-Camacho

"La presidenta del PPC hace números para atrapar a Vidal-Quadras en la retórica y los hechos ultras"

Alicia Sánchez-Camacho sale del coche ante la presencia de su guardaespaldas.

Alicia Sánchez-Camacho sale del coche ante la presencia de su guardaespaldas. / periodico

JORDI XUCLÀ

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En 1983, Alianza Popular, antecesora de la actual PP, votó a favor de la ley de normalización lingüística. Ahora está en contra y hace de la inmersión lingüística y de la escuela catalana arma de lucha política. En los años noventa del siglo pasado el PP apoyó el despliegue de los Mossos d'Esquadra como policía integral de Catalunya. No sin reservas y frunciendo la nariz.

Pero el hecho es que en 1996 el PP acordó con CiU aplicar por primera y única vez el artículo 152.1 de la Constitución para traspasar una competencia exclusiva del Estado --la policía de tráfico-- a la Generalitat. Entonces ya había quien se oponía. Un hombre de la derecha extrema que hoy es incluso mal visto en su partido, Alejo Vidal-Quadras, tertuliano del complejo mediático de extrema derecha donde pesa más la masa testicular que la masa cerebral y teórico del envío de la Guardia Civil a Catalunya para arrestar al 'president' y suspender la Generalitat, tronó a mediados de los años noventa: "No entiendo esta obsesión por tener los Mossos vigilando las carreteras. Cuando veo a la Guardia Civil en la carretera me siento seguro y me siento en casa".

Alicia Sanchez-Camacho hace números para atrapar a Vidal-Quadras en la retórica y los hechos ultras. La presidenta del cuarto partido de Catalunya, y primero de España, ha decidido no tener más mossos asignados con funciones de guardaespaldas. La señora Sanchez-Camacho quiere ser protegida por un policía nacional. De hecho, hemos sabido que ya hace tiempo que la presidenta popular es acompañada por la Policía Nacional. Este es un hecho gravísimo, de indudable tinte político. El PP se ha radicalizado y alejado de la centralidad política catalana, que no es una fórmula matemática fija sino la evolución del centro de gravedad de los planteamientos políticos y el quehacer cotidiano de los ciudadanos y sus aspiraciones. Ahora el PP apuesta por una escuela segregada por la lengua y ahora el PP también acaba de abrir la doble línea de seguridad con la pretensión de sustituir un mosso d'esquadra por un policía nacional.

La seguridad es la primera de las libertades. Sin seguridad física y seguridad jurídica no se puede desarrollar una sociedad libre y democrática. Y la seguridad es el monopolio de la fuerza asignado al poder público. En todo caso este poder público puede delegar esta capacidad a la seguridad privada pero siempre con fuerte supervisión pública. Y el poder público competente en Catalunya para ejercer las competencias de seguridad son los Mossos con carácter integral. Solo el control de fronteras y el tráfico ilegal está reservado a la Policía Nacional y la Guardia Civil. Por eso es tan grave que una diputada del Parlamento de Catalunya renuncie a la seguridad de la policía integral del país, la 'Police' de la Generalitat. Y el Parlament es una de las piezas de la Generalitat ('president', Govern y Parlament).

Alicia Sánchez-Camacho ya podrá decir, siguiendo a Vidal-Quadras: "Cuando veo la Policía Nacional a mi lado me siento segura y me siento en casa". Ya lo escribió Oscar Wilde: "Del sublime al ridículo solo hay un paso". Alicia, estrella de la escena política catalana desde no hace mucho, está a punto de rodar por la pendiente del ridículo más grotesco.

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