Al contrataque

La patria son los impuestos

PEPA BUENO

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¿Cuántas veces habrá asistido Luis Bárcenasa un mitin de su partido en el que se habló de España y se gritó entre aplausos que son el único partido que la defiende? Hoy sabemos que después, cuando las luces se apagaban y se guardaban las banderas, él se olvidaba un rato de España y se dedicaba a evadir impuestos.

¿Cuántas veces habrá asistido a debates en el Senado y habrá jaleado desde el escaño al portavoz de su grupo mientras hacía una defensa encendida de la unidad de la patria frente a otros que la maltrataban? También sabemos ahora que a continuación, y tras comentarle al jefe lo bien que había estado en la tribuna, se iba a comprobar cómo engordaban sus cuentas opacas en el Dresdner Bank, en Suiza. Tan lejos de la patria.

¿Cuántas veces habrá escuchado o coreado entre grandes aspavientos que España se rompe? España se rompía, sí. Pero por los boquetes en la hacienda pública que hacíanBárcenasy otros comoBárcenas llevándose a Suiza los millones que debían tributar aquí para sostener y mejorar a su patria tan querida.

Volver a la beneficencia

Y ahora también. España se rompe. Por las costuras de la pobreza, la desigualdad, la desconfianza y el deterioro de las instituciones. Y por la brecha que se va abriendo imparable entre los que pueden pagarse servicios privados de calidad y los que solo pueden utilizar unos servicios públicos que todavía son una referencia pero a los que amenazan a base de recortes con devolver al viejo concepto de la beneficencia.

Unos servicios públicos de calidad hacen progresar a un país, no desperdician ningún talento nacional y convierten a los habitantes de un territorio en ciudadanos iguales. Lo que cualquiera que proclame amor a su tierra querría para ella, digo yo. Eso sí, son costosos de mantener.

Y ya sé que solo con lo que se han llevado los evasores fiscales no se arregla la precaria situación de nuestras cuentas públicas. Pero estarán de acuerdo conmigo en lo bien que nos hubieran venido los impuestos que deberían haber pagado aquí el señorBárcenasy otros comoBárcenaspara ayudar a mantener la sanidad, la educación, las pensiones, el I+D+i, las carreteras. En definitiva, como seguramente dirían él y sus amigos, para hacer más grande y mejor España.

La realidad, sin embargo, es que patria están haciendo cada día los españoles que tiran del carro de su casa con bajadas de sueldo, subida de los precios del autobús, el metro, la gasolina, la luz, el copago farmacéutico, la desaparición de becas, cobrando el paro o ya ni eso. Y que cumplen además con las leyes que nos hemos dado.

Y esto es el mínimo exigible aBárcenasy a otros comoBárcenas.A los que ocultan millones en Suiza y a los que se esconden del fisco aquí. Y, por cierto, aquí es España, pero también Catalunya, Andalucía o Canarias. Cualquier patria querida.