La rueda

Hasta que Bárcenas tire de la manta

Carlos Carnicero

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A los conversos se les exhibía en el atrio de las iglesias, inscritos en una manta colgada de la pared. Si otro converso denunciaba a un hereje encubierto, no tenía más que «tirar de la manta» acusando al impostor.

Luis Bárcenas ha decidido señalar la manta de quienes son rehenes, en la dirección del PP, de los sobresueldos recibidos; en aquel universo en el queGürtel no había explotado, nadie preguntaba por el esplendor económico del tesorero. Conforme el nudo de la justicia aprieta, la mejor defensa deBárcenas, se convierte en ataque. Mariano Rajoy afirma que no le «temblará el pulso» cuando hace tiempo que exhibe síntomas de párkinson.Dolores de Cospedalasegura que «cada palo aguantará su vela» en un barco desarbolado. Y el hedor de la corrupción tiene un nuevo episodio que amenaza con declarar cuarentena sobre la vida pública hasta que la epidemia se erradique. ¡Cuidado con los salvadores!

Hay situaciones que no pueden ser blindadas por la mayoría absoluta. Y las baterías de la indignación ciudadana por el contraste entre sacrificios e impunidad amenazan con una sobrecarga que haga saltar el sistema.Bárcenasestá dispuesto a blindar su situación; quien aún mantiene coche, despacho y secretos en Génova, después de tanto tiempo, debe tener armas de destrucción masiva. Un partido en el que el tesorero ahorra 22 millones de euros en Suiza, un funcionario, comoIgnacio González, que tiene una segunda residencia de 700.000 y un presidente de diputación que la convirtió en agencia de colocación durante 20 años, exigen algo más que bravatas sobre si la mano tiembla o los palos aguantan su vela.Paro, despilfarro y corrupción fue el eslogan que permitió asaltar la Moncloa deFelipe González. Ahora, con el simple mecanismo de tirar de la manta hasta rasgarla, la cosa no puede ir mucho mejor.