Al contrataque

Los límites de la paciencia

Protesta de ciudadanos indignados con el Gobierno en las inmediaciones del Congreso, el pasado 26 de septiembre.

Protesta de ciudadanos indignados con el Gobierno en las inmediaciones del Congreso, el pasado 26 de septiembre. / periodico

Pepa Bueno

Pepa Bueno

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Publicar este artículo el sábado da una buena perspectiva de los últimos siete días, y permite algo para lo que los periodistas que trabajamos el diario no solemos tener mucho tiempo. Detenernos y ver la secuencia de la semana. Y van ya varias en las que esa secuencia es demoledora.

En la última hemos visto al Rey responder a una no entrevista, su nombre mezclado en un cruce de <i>e-mails</i> que suena a <i>vendetta</i> de antiguos socios, y a su yerno, el duque de Palma, protagonista de un informe de la Agencia Tributaria que ve indicios de delito fiscal. Hemos visto a otro imputado, Rodrigo Rato, último presidente de Bankia a la que estamos rescatando con el dinero de todos, ser fichado sin guardar luto alguno por una multinacional. Nos hemos enterado de que el Banco de España tuvo, por decirlo suavemente, ceguera ante los indicios de que algunas cajas y algunos bancos caminaban hacia el precipicio y nos arrastraban a todos a él. Un partido, Unió Democràtica de Catalunya, ha admitido implícitamente que se financió ilegalmente con fondos para parados. Y que sus dirigentes dan por zanjado el caso porque ellos no sabían qué hacían sus subordinados. Y para rematar nos cuentan que el exconsejero de Sanidad de Madrid, sin más vinculación en su currículo con el mundo de la salud que haber tenido esa responsabilidad en el gobierno regional, asesora ahora a una compañía que se ha quedado con el servicio de análisis clínicos que él privatizó cuando estaba en el poder.

Tomen aire que ahora viene el negativo de la fotografía. En esta misma semana, los ciudadanos de la misma comunidad del señor Güemes han empezado a pagar el euro por receta que ustedes en Catalunya conocen bien. Hemos visto también a pacientes de un hospital de Alicante pedir a sus familiares lejía porque los empleados de la limpieza llevan meses sin cobrar la nómina y decidieron que para no cobrar, mejor en huelga. Bruselas nos dijo que ya hemos superado los seis millones de parados y gracias al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente supimos que en los hogares españoles entra cada vez menos comida.

Las finanzas

Que han pasado otras cosas me dirán ustedes. Sí, claro. La prima de riesgo bajó a los 330 puntos básicos. No lo minimizo, sé lo importante que es. Pero mucho tendrán que esforzarse nuestros dirigentes para que con este panorama y a estas alturas nos emocionemos con los vaivenes de los mercados financieros o con las grandes cifras de la macroeconomía.

Porque hay cosas que son gratis. Cosas que la crisis no merma, sino que enmarca. Por exceso o por defecto. Como la decencia, la responsabilidad, el respeto a la inteligencia de los ciudadanos y a su sacrificio.

Semanas como esta dejan tocada la calidad de nuestra democracia y una inquietante sensación de que el mundo sigue girando pero nuestros representantes públicos, de arriba abajo, se han quedado parados en otro tiempo.