¿Y ahora qué?

Hace una semana se celebraron las elecciones para elegir elParlament de la décima legislatura catalana. El resultado nadie lo había pronosticado ni desde las encuestas ni desde la intuición de los que jugaron en la primera línea de la campaña.

La pregunta se impone: ¿y ahora qué? Primero conviene hacer un análisis de los resultados, luego contemplar los diferentes escenarios posibles.

Una lectura de los resultados

Una semana después, con perspectiva, es más fácil hacer una lectura objetiva de los resultados. CiU confiaba en concentrar el voto nacionalista para afrontar una nueva legislatura con el derecho a decidir como punto nuevo del programa junto al objetivo compartido de salir de la crisis. La apelación a la concentración del voto nacionalista no funcionó. Prueba de ello es el incremento en votos y diputados de ERC. CiU retuvo 1,2 millones de votos y perdió apenas 80.000 votos en un contexto de dos años de restricciones presupuestarias y con una huelga general y el debate profundamente social sobre las ejecuciones hipotecarias en plena campaña.

Nos faltó detallar nuestradimensión social y explicar la utilidad de nuestra propuesta, como tan bien hicimos con el pacto fiscal. Dicho esto, estos 1,2 millones de votos y los 50 diputados de CiU tienen un valor por subrayar: con un programa marcadamente soberanista, se renueva la confianza en CiU que, mutando sus rasgos principales de los nueve anteriores comicios, consigue volver a ganar las elecciones. Mirado una semana después, intentar retener los 62 diputados era muy difícil por dos factores:

Primero.En el año 2010 CiU logró 62 diputados con una parte importante de voto prestado para retirar al tripartito del Govern. El voto prestado que pedíamos para estas elecciones ya nos había sido dado hace dos años. Y mucho se ha mantenido.

Segundo.Con una campaña de tan alto voltaje alrededor de un nuevo elemento a la hora de decidir el voto --la posibilidad de que Catalunya se convierta en un nuevo Estado de Europa-- es lógico que suba la participación y que se movilicen los partidarios de esta opción, pero también los contrarios. En este sentido, el PP no ha capitalizado el voto antisoberanista. Su incremento en votos es muy discreto. Ciutadans es el fenómeno a tener en cuenta.

¿Quien es partidario del derecho a decidir?

Algunos datos objetivos como punto de partida:

Primero.CiU haganado consecutivamente las diez elecciones al Parlament de Catalunya desde el restablecimiento de las instituciones y las primeras elecciones de 1980.

Segundo.En las elecciones del 25 de noviembre se registró el récord departicipación en unas elecciones catalanas, el 69'5%, lo cual nos proporciona un Parlament con una fuerte carga de representación de la sociedad catalana y una fuerte carga de legitimación para adoptar decisiones en los próximos años.

Tercero.Una amplia mayoría de los diputados de la décima legislatura apoyan elderecho a decidir(debemos saber si en esa mayoría también tenemos que sumar los diputados del PSC, según constaba en su programa electoral. Entonces serían 107).

Cuarto. Qué nadie se engañe, empezando por los políticos deMadrid. En esta legislatura el pueblo de Catalunya será consultado sobre su futuro. La norteamericana, la democracia liberal más antigua del planeta, arrancó con la elaboración de un censo de inscritos para participar en las elecciones. Este censo se hará en estos años.

Los pactos

Miremos el futuro: de manera precipitada y atropellada, con muy mala puesta en escena, elPSC ha cerrado la puerta a corresponsabilizarse de la gobernación del país. Creo que el PSC se ha equivocado. Todos los focos han apuntado al diálogo entre CiU yERC. Diálogo que se está produciendo estos mismos días. No es el ánimo de estas líneas interferir en un diálogo que debe ser discreto. Pero me pregunto en voz alta: siERC tiene un mal recuerdo de su paso por los dos gobiernos tripartitos, ¿cómo piensa dar desde la oposición un "apoyo robusto" a la investidura y a los presupuestos sin que esto no lo haga igualmente responsable de las decisiones difíciles y no coprotagonista del Govern? En los próximos días veremos cómo se desenreda todo.

Un Parlament muy vivo

Lo que conviene a Catalunya es ser gobernada conestabilidad y buenanavegación en estos tiempos difíciles y poder decidir su futuro en los próximos cuatro años. Será una legislatura de mucha negociación y con un Parlament muy vivo. Seguramente veremos una legislatura 'a la italiana' en la que más de una vez y de dos parecerá que se acaba hasta que se reconstruyen los acuerdos. De la buena negociación salen los grandes compromisos y los buenos consensos.

Por decisiones mayúsculas, acaban imponiéndose acuerdos sinceros, de fondo.Consensos que no es necesario, ni se pueden hacer, por unanimidad (la democracia es también discrepancia), pero estoy convencido de que en los próximos años los ciudadanos premiarán que adoptecompromisos de país y castigarán a quien se mueva por tacticismo de partido.

La tentación deltacticismo de partido saltará desde primera hora. Y no necesariamente desde las filas de ERC. Zarpamos hacia la décima legislatura del Parlament democrático de Catalunya.

El papel del Gobierno español

Durante la primera semana enMadrid tras las elecciones, elambiente que se respiraba:

Primero. Una sonrisa de conejo entre pícaro ycínico de quien se rige solo por la conservación del poder y que decía: "Cuanto os habéis equivocado".

Segundo.Un lamento en voz baja por la caída de CiU porque "tendrá quepactar con ERC".

 Tercero. Unapreocupación sincera por el no crecimiento del PP (de tercera a cuarta fuerza).

Cuarto.Una lecturamiope de los resultados: "Si vais por la vía soberanista, sufriréis para cobrar las transferencias". No ven que así alimentan la llamada "desafección".

Quinto.El Gobierno español sigue sin tener una oferta cerrada y atractiva para frenar el soberanismo. No hay ningun "catalán audaz y astuto" cerca del presidente del Gobierno. Después del primer pleno [del Congreso de los Diputados] puedo afirmar: CiU tropezó el 25-N pero los elementos de la política española que nos han traído hasta aquí no han desaparecido. Continúa vigente el tema de fondo: una Catalunya desvinculada del Estado de las autonomías español y que busca una salida nueva. Nosotros, CiU, no recogimos todo el voto nacionalista que podíamos. Un mensaje del que debemos tomar nota: humildad extrema en tiempos de crisis y sufrimiento. Elproceso continúa.

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