TRAS LAS ELECCIONES VASCAS

Anasagasti: ¿Qué será de los 350.000 exiliados de Basagoiti?

Rajoy junto a Basagoiti, en un acto en San Sebastián, durante la campaña electoral vasca.

Rajoy junto a Basagoiti, en un acto en San Sebastián, durante la campaña electoral vasca.

Iñaki Anasagasti

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La campaña deAntonio Basagoiti ha sido un despropósito de principio a fin. Ha buscado el cuerpo a cuerpo conUrkullu diciendo tremebundeces que no se sostenían. Que si elespañolismo era el 51%, que si él representaba la Euskadi española, que si ganaba el nacionalismo vasco se abría el abismo, que si queríamos romper España, que Urkullu tenía un pacto secreto...

Pero la gente no le ha creído nada y la ciudadanía vasca le ha dado la espalda. Se la dio hace tres años cuando, al perder las elecciones, tapó sus miserias siendo llave numérica y apoyando aPatxi López en su legislatura. Pero no pidió formar parte de unGobierno que necesitaba como el aire para vivir del apoyo del PP. Haber sido vicelendakari le parecía poco. Se limitó a hacer incursiones de todo tipo, a influir tarde y mal y a tratar de ser un Pepito Grillo sui géneris. LlamóHomer Simpson a su socio y le anunció su despedida en un programa de radio. Y luego puso esa cara extraña que pone como diciendo "!qué listo soy!". Nada serio. Todos sabíamos que andaba en moto, que sabía cocinar una merluza en el txoko, que era amigo deOyarzabaly del grupo que se cargó aMaría San Gil, pero muy poco o nada de su proyecto político para el país.

Si supimos que una de sus propuestas fue que en las elecciones vascas votaran "los exiliados", es decir, gentes que en virtud de la violencia y terrorismo deETA se habían tenido que marchar del país. Y sacó a colación la infladísima y no creíble cifra de 350.000 exiliados. Mi respeto hacia quienes tuvieron que marcharse, pero mi irrespeto hacia la manipulación que ha hecho el PP con este asunto. Por cierto no solo ha habido exiliados por ETA. Para el PP,Franco no existió.

A tal efecto, encargaron un estudio al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, que hasta hoy en día no acaba de encontrar percha jurídica para lograr que gentes que pueden empadronarse puedan votar ahora que ETA ha cesado en su actividad armada, lo hagan. Yo, hijo de exiliados, para votar en 1977, me tuve no solo que empadronar sino nacionalizar español. Dos requisitos a falta de uno.

Pero la gente, a pesar de la apoyatura mediática con la que contóBasagoiti, no le creyó y además, no le votó el pasado 21 de octubre. ¿Que será ahora de esta manipulada iniciativa? Seguramente descansará el sueño de los justos. Se quedará como monumento al despropósito Basagoitil.

Había que ver la cara patibularia de Basagoiti el lunes 22 en la reunión de la Ejecutiva del PP en Madrid. Mientras todos los parabienes, palmadas, aplausos, besos y fotografías eran para el candidato vencedor en Galicia, Núñez Feijoo, don Antonio Basagoiti, el gladiador del PP en Euskadi, el gran bocazas, parecía un gato apaleado. Todas sus fanfarronadas, todas su manifestaciones públicas típicas de ese bocazas profesional que es, se habían quedado en Euskadi el 21 de octubre congeladas.

Basagoiti se ha dado cuenta que no tiene proyecto para un país que le ve como un animador de feria, pero no como un político serio. Ser alternativa política en Euskadi requiere rigor, estudio, trabajo y no fuegos artificiales. La gente le ha calado. Basagoiti ha perdido 16.000 votos y tres escaños. Solo si hubiera obtenido uno más le habría servido para tratar de tapar su fracaso, como lo hizo hace tres años y medio con López. Pero ya no cuela.

Alicia Sánchez-Camachoviendo la cara de su correligionario dijo enfática: "Antonio Basagoiti ha representado, representa y representará la alternativa de la convivencia y la unidad y su papel es fundamental en Euzkadi".

Pues que siga. Así comoFelipe González estaba encantado queManuel Fraga fuera su alternativa, elPNV está encantado de que Basagoiti sea la alternativa en representación del PP. ¡Qué chollo!