El periodismo se lo agradece, señor Colson

Xavi Casinos

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Una de las escenas iniciales de Todos los hombres del presidente, la película que narra la investigación deThe Washington Postsobre elcaso Watergate, tiene lugar en la redacción del diario. Robert Redford, que encarna al reportero Bob Woodward, se dirige a su redactor jefe.

--Harry, ¿quién es Charles Colson?

--Siéntate hijo. Me alegro de que me lo preguntes, y me alegro de que me lo preguntes a mí, porque si te hubieras dirigido a Simons (subdirector) o a Bradlee (director) hubieran dicho: "Vamos a poner de patitas en la calle a esos idiotas porque están tocando el violón".

--Insisto, ¿quién es Charles Colson?

--El hombre más poderoso de los Estados Unidos es el presidente Nixon. ¿Has oído hablar de él bonito? Charles Colson es el gran consejero del presidente. Tiene un proverbio en su despacho: "Si atrapas a alguien por las pelotas, su corazón y su mente son tuyos".

Colson fue uno de los cerebros de la trama Watergate y del grupo de los llamados fontaneros de la Casa Blanca, formado por exmercenarios y exagentes de la CIA y el FBI que se encargaba de los trabajos sucios y que a la larga supuso la dimisión de Richard Nixon. Colson acabó en la cárcel y se reconvirtió en un integrista cristiano que dedicó el resto de su vida a redimir presos.

Murió hace unos días y con él una de las figuras más siniestras de la política norteamericana de la década de los 70. En pleno escándalo del Watergate propuso volar por los aires una inocente institución sin ánimo de lucro para desviar la atención.

La escena anterior es todo un clásico y con otros protagonistas y situación la he presenciado más de una vez en una redacción, cuando un periodista veterano se pone pedante y sobrado para dar una lección de oficio a un joven reportero. Colson fue en su tiempo un tipo despreciable --no olviden el proverbio de su despacho--, pero hay que reconocer que gracias a él y a otros de su calaña que rodearon a Nixon el periodismo escribió una de las páginas más brillantes de toda su historia que sigue siendo referente y modelo.

En nombre del buen periodismo, gracias, señor Colson.