La lucha contra una lacra social

Abolir la esclavitud del siglo XXI

Barcelona apuesta por erradicar la explotación de las personas que significa la prostitución callejera

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XAVIER TRIAS

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La prostitución es una forma de esclavitud intolerable en el siglo XXI. No solo vulnera los derechos humanos más fundamentales, en particular los de las mujeres, sino que se aprovecha de las condiciones sociales de marginalidad en que se ven inmersas muchas personas para sustentar un negocio internacional tan lucrativo como criminal. La práctica totalidad de la prostitución está hoy en manos de mafias internacionales que explotan a mujeres, hombres, niños y niñas sin ningún tipo de conmiseración. Hay muchos informes internacionales que confirman que la gran mayoría de las personas que ejercen la prostitución no lo hacen libremente, sino por obligación, cuando no directamente por coerción. Según estos informes, la mejor manera de luchar contra la prostitución es actuar contra la demanda, no criminalizar a las prostitutas y ofrecer unos servicios sociales, formativos y laborales de calidad para ayudar a las personas a salir del mundo del trabajo sexual.

COMO ALCALDE de Barcelona siempre he tenido muy clara cuál debía ser nuestra línea de actuación contra esta lacra que atenta contra la dignidad de las personas, en especial de las más vulnerables, y que está presente en nuestras calles y plazas. Por eso estamos trabajando con el compromiso, también económico, de todas las concejalías implicadas con el objetivo de acabar con la explotación de personas y ofrecer medidas de protección como hogares de acogida, servicios de asesoramiento jurídico, políticas sanitarias, servicios de atención psicológica, programas formativos, servicios asistenciales, programas de inserción laboral y líneas de apoyo familiar, entre otros.

En este marco global de actuación debe entenderse el inicio de los trámites para modificar la ordenanza de convivencia y hacer que se convierta en una norma más clara y eficaz para reforzar la lucha contra la prostitución en el espacio público. Esta decisión la tomamos de acuerdo con las competencias municipales, necesariamente limitadas, y ante la ausencia de momento de un régimen jurídico claro sobre la prostitución como sí tienen otros países europeos. Suecia, Noruega e Islandia (Francia ha iniciado un proceso legislativo similar) son, de momento, los únicos países del mundo que han adoptado un modelo prohibicionista en el que se criminaliza a los clientes. La Generalitat de Catalunya está trabajando en esta misma dirección en cumplimiento de sus competencias en gestión del tráfico.

Este es el espíritu con el que hemos querido dar este nuevo paso adelante en Barcelona, para combatir la problemática que genera el ofrecimiento y la demanda de servicios sexuales en la calle. El gobierno municipal ha tomado una dirección clara para favorecer que las personas que quieran dejar la prostitución puedan hacerlo a través de los servicios y recursos que se ofrecen en la ciudad. Unos recursos que hemos incrementado un 67% este año (hasta 1,4 millones de euros) y que se coordinan de manera efectiva desde la Agencia para el Abordaje Integral del Trabajo Sexual (Abits). Esta agencia está ampliando la colaboración con entidades que trabajan para facilitar alternativas sociales, formativas y laborales para las mujeres objeto de la explotación sexual o que piden explícitamente acogerse a estos servicios.

En paralelo avanzamos en la prohibición de la prostitución en las calles de Barcelona, actuando con firmeza (eliminando el aviso previo a las sanciones) y con sanciones elevadas contra las personas que demandan servicios sexuales en la vía pública. Todos los indicios, estudios y pruebas nos demuestran que los modelos de regulación y de legalización de la prostitución no han servido para mejorar la situación de las prostitutas, ni para erradicar el tráfico de personas, ni tampoco para evitar la violencia hacia las mujeres. Es cierto que solo con las medidas adoptadas difícilmente erradicaremos la prostitución, pero son una buena herramienta que utilizaremos para incidir en la desaparición de esta práctica de las calles de Barcelona. Hay que seguir trabajando, pues, de acuerdo con la estrategia de actuación integral de la agencia Abits con medidas de atención social y laboral individualizadas.

ANTE LA CRUDA y cruel realidad, es difícil, pues, creer o hacer creer que hay un elemento delibertadde las personas que ejercen la prostitución. No hay libertad cuando una persona vive en una situación de exclusión social tan grave que considera que la única forma de sobrevivir es vendiendo su cuerpo. No hay libertad cuando una persona es secuestrada, traficada y obligada a ejercer la prostitución. No hay libertad cuando una persona vive bajo la amenaza constante de un proxeneta, o sufre una situación de drogodependencia.

La libertad es poder elegir y decidir. Si no tienes otra opción, entonces no estás actuando libremente. Por eso desde el Ayuntamiento de Barcelona queremos ofrecer estas opciones de manera individualizada, caso por caso, a las víctimas de la explotación sexual, haciendo cumplir y reforzando la normativa existente de convivencia en la vía pública y empezando un periodo de reflexión sobre la implicación y el alcance de este fenómeno en nuestra ciudad. Alcalde de Barcelona.