Los escándalos en la Comunidad Valenciana

Los que mueven la basura

Uno de los objetivos de las familias mafiosas era la legitimación social a través de la política

Los que mueven la basura_MEDIA_3

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TONI MOLLÀ

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Hace algunos años, un honorable político profesional me hizo un enigmático comentario que relacionaba la basura con las finanzas de los partidos. Aunque no lo sabíamos, entonces todos éramos ricos y desconocíamos términos como bonos basura o contratos basura, por lo que deduje que mi interlocutor, un hombre leído, hablaba en un sentido metafórico. Pero con el tiempo he ido comprobando, gracias a periodistas quisquillosos y valientes, que la relación entre los políticos y la basura es bien tangible, y que la recogida, transporte y tratamiento de esta es un negocio que atrae a moscardones de todo tipo. De Nápoles, de Buenos Aires, de Toronto o de Alicante llegan libros y reportajes que denuncian las redes tupidas, y a menudo criminales, tejidas entre vertederos y honorables representantes políticos. El napolitanoRoberto Savianoes quizá el más conocido de los periodistas de investigación (perdón por la redundancia) que han centrado sus pesquisas en las conexiones, literales y metafóricas, entre dinero, basura y política. Su obra sitúa a la misma Camorra en la red de connivencias más o menos opacas entre gobernantes, hombres de honor y de negocios.Savianodocumenta la participación de la Mafia a través de empresas legales en la gestión de servicios a base de información privilegiada, amenazas y chivatazos.

Mucho antes queSaviano,el cine y la literatura ya se habían ocupado del tema.Francis F. CoppolayMartin Scorsesealimentaron en su día nuestro interés informativo por el doble fondo, lo clandestino y los códigos de comportamiento sanguíneos entre los miembros de las grandes familias mafiosas. La serie televisivaLos Soprano, que encumbró aJames Gandolfinipor su encarnación de Tony Soprano, se basó, como otras anteriores, en el libroHonrarás a tu padre,deGay Talese,un monumento del periodismo literario i/o de investigación. Por insólito que parezca, los tentáculos de las diferentes versiones deLa piovra-¡otra gran serie de televisión!- han adquirido un nivel de hiperrealismo difícil de asumir sin una taza diaria de escepticismo preventivo. No sabemos el punto de no retorno del ecosistema democrático a causa del nivel de corrupción que publicitan los medios. Pero hay días que, al leer la prensa, uno cree que lapiovrase ha instalado definitivamente en las entrañas del Estado de derecho hasta difuminar la frontera entre la realidad y la ficción. La contrata de la basura de la ciudad de Alicante, el saqueo de cajas de ahorros o del Palau de la Música, las visitas del Papa o la construcción de parques de atracciones ocultaban, según hemos sabido a pelotazo pasado, actividades muy parecidas a las que documentabanTalese, Saviano, CoppolaoScorsese.

El último caso conocido de la ciénaga de corrupción que nos ahoga -que coincide en el tiempo con elescándaloUrdangarín, otro que tal- emana de la depuradora de aguas fecales del sur de Valencia. El responsable de Emarsa, que acumula cargos en el PP valenciano, se reu-nía en lujosos hoteles de Valencia con sus traductoras de 20 años traídas expresamente de Rumanía a cargo de la empresa pública. El hombre se ha embolsado millones removiendo la mierda, con perdón. Una vez más, como en el cine y las novelas, aparecen aquí los elementos clásicos del género: gobernantes, basura y jóvenes especialistas en la sociolingüística del kamasutra. En el fondo, pocas cosas han cambiado desde los burdeles y casinos que aparecen, por ejemplo, en la biografía deSam Giancana,un padrino de Chicago que odiaba la política, pero que puso mucho de su parte para que

John Kennedy se impusiera aRichard Nixonen las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.

Gracias a losTalese, Coppola, Scorsesey compañía aprendimos que uno de los objetivos estratégicos de las familias mafiosas era su legitimación social a través del acceso a la política formal. Usaban el dinero salido de las cloacas para saltar a la arena representativa y conservar el viejo poder desde otra clase de honorabilidad. Sorprende que ahora el comportamiento que rige el submundo de la política peninsular sea exactamente el inverso: demasiados gobernantes usan su legitimidad institucional para meterse de lleno en el basurero. Aquel honorable político que me señaló hace años el vertedero con el puntero me estaba dando una pista periodística que yo no descubrí quizá por falta de olfato profesional. Pero ahora sabemos que el basurero es exactamente el punto de fusión de una parte importante del dinero sucio que viaja entre la mafia y la política, tanto en un sentido metafórico como literal.

En fin, algunos de los notorios casos de corrupción que llenan los medios -Emarsa, Gürtel o los negocios deCarlos Fabra- tienen sus tentáculos en las comarcas valencianas, de color naranja, según la iconografía indigenista. Curiosamente, este cítrico tiene una gran carga simbólica y premonitoria en el desarrollo de las tres entregas deEl padrino,deCoppola.Aprovechen estas fiestas familiares para repasarlas. Y cuando aparezca una naranja en pantalla, vigilen a su cuñado.

Periodista.