Cantando bajo la lluvia

MARTÍ GIRONELL

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Dicen que quien canta sus males espanta. Esto es lo que haceSilvio Berlusconi.Con la tormenta política y económica que hace meses que cae, no solo en Europa, sino en Italia, en particular,Il Cavaliere, al que aún hace más tiempo que le persiguen los problemas, económicos y amorosos, se dedica a cantar. Sí, sí. Este mes de noviembre está más preocupado por la presentación de su tercer disco que por hacer caso aMerkelySarkozypara que implemente las reformas necesarias para que el país que gobierna no siga el camino griego y, de paso, nos arrastre.True love -Amor de verdad- es el título del disco. Los críticos que ya lo han oído lo califican de elegante y refinada producción con toques brasileños, con guiños al dialecto napolitano e, incluso, una canción inspirada en el folclore griego. ¡Y no es broma! Son canciones grabadas mientras estaban vivos los problemas amorosos y conyugales que le han llevado a subir no a los escenarios, sino al estrado, para declarar. No deja de ser paradójico que cante al amor un hombre que ha traicionado a su mujer y a sus conciudadanos. En el más puro estilo deRenato Carossone, Berlusconino ha perdido el espíritu de cuando tenía 18 años en aquella época en que trabajaba de animador musical y cantante melódico en cruceros por el Mediterráneo. Quizá, si no se sale de las exigencias del G-20 y el presidente de la República italiana convoca elecciones anticipadas para que un nuevo Gobierno se haga cargo de enderezar el rumbo del país, se podría dedicar a cantar. Público -como votantes- siempre tendrá. Como dice un amigo mío italiano, ¿quién nos asegura que no se vuelva a presentar y gane? En Italia, me dice, la mayoría creemos que en un país presidido por la corrupción y la mafia preferimos que gobierne el más corrupto y el más mafioso. Aunque se dedique a cantar bajo la lluvia.