El epílogo

George Harrison

JUANCHO DUMALL

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El público de Barcelona ha podido ver estos días, dentro del festival de cine documental musical In-Edit, una de las joyas de la temporada:George Harrison: Living in the material world, un acercamiento del veteranoMartin Scorsesea la figura delbeatlefallecido hace 10 años. La película, de más de tres horas de duración, recorre la vida del músico desde su incorporación, en la adolescencia, a la banda deLennonyMcCartneyhasta su fallecimiento, a los 58 años, víctima del cáncer. Pero es, ante todo, una interesantísima revisión del fenómeno pop a través de uno de sus más genuinos santones.

En el torrente de viejas imágenes, canciones y testimonios que incluye el documental sorprende lo cerca que sigue estando de la sensibilidad de hoy la música de los Beatles y, por el contrario, lo lejanos que parecen esos tiempos de flores, eterna juventud, LSD y meditaciones a la sombra del Taj Mahal.

De alguna manera, la cultura pop sigue entre nosotros con toda su fortaleza, pero el ambiente social que rodeó a su estallido se ha disuelto por completo. Escuchar hoyHere comes the Sun(Aquí llega el Sol), una de las más hermosas aportaciones deHarrisonal repertorio de los Beatles, produce el enorme placer de disfrutar de una canción rabiosamente optimista, una declaración de esperanza, uno de los himnos crepusculares de los felices años 60. Pero provoca también la desazón de saber que forma parte una historia brillante que acabó mal.

El Sol se puso años más tarde cuandoJohn Lennonfue asesinado. Hoy, varias guerras y muchos millones de parados después, con una sociedad más desigual que la de entonces, ningún joven sensato compondría una canción semejante.

Grecia

Posdata. Como parece que es una frivolidad escribir hoy de cualquier cosa que no sea de Grecia y de la crisis política europea, recuérdese que cuando la canciónHere comes the Sunfue editada dentro del álbumAbbey Road, en 1969, gobernaba en Atenas el régimen de los coroneles, una dictadura que, entre otras muchas atrocidades, prohibió a los Beatles.