Una polémica literario-comercial

Prohibido usar a Borges

La persecución judicial del 'remake' de Fernández Mallo es una solución kafkiana de un tema borgiano

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JUAN Villoro

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Un nuevo proceso judicial empaña la literatura:El hacedor (de Borges), Remake, deAgustín Fernández Mallo,podría ser retirado de las librerías por una disputa de derechos de autor. El tema se presta para revisar el proceso de construcción de la obra borgiana.

¿Por qué creemos una historia? ¿Qué determina la autoridad de la voz?Borgespracticó un hábil truco para ser creído. Algunas de sus historias comienzan como algo que ya fue contado, discutido y en cierta forma olvidado. Un antecedente guía la trama y acredita que eso fue cierto.

Alan Paulsdedicó un libro imprescindible a explorar la forma en que se configura la originalidad borgiana:El factor Borges. Ahí se ocupa de la escritura entendida como una «segunda mano» que modifica un texto anterior. La historia ya se contó, pero algo quedó pendiente. Imaginar es una manera de corregir: el hacedor enmienda.

Para ser más convincente,Borgescitó textos clásicos que presuntamente aludían a ese tema y los confundió con otros de su invención. Maestro de las falsas atribuciones, engañó incluso a su mejor amigo,Adolfo Bioy Casares,quien pidió en una librería de Buenos Aires un libro citado porBorgesque solo existía en su mente.

El uso de apócrifos desconcertó a críticos incapaces de comprender que la bibliografía puede ser una forma de fabulación. En sus ficciones librescas,Borgescomentaba obras clásicas como si no hubieran sido leídas y daba por supuesto que se conocían obras imaginarias. Uno de sus adversarios fueRamón Doll,al que recordamos por la magnitud de su error. Para el crítico,Borgesera un ensayista parasitario que repetía a los clásicos como si fueran inéditos. A ese paso, acabaría por considerar que nadie había leído elQuijote. Sin darse cuenta,Dollaceleró el proceso creativo deBorges. Su crítica se convirtió en el disparador dePierre Menard, autor del Quijote.

No hay tema más borgiano que el de la apropiación creativa de un texto ajeno. En rigurosa observancia de esta lógica,Agustín Fernández MalloescribióEl hacedor (de Borges), Remake. No se trata de una copia ni de un plagio, sino de undesprendimiento. Los relatos y las reflexiones deBorgesson la matriz de textos que en nada se le parecen. Los pasajes originales que se insertan en elremakeprovocan algo distinto. «Originalidad: cuestión de estómago», escribióValéry. Todo autor se alimenta de otros; lo importante es la forma en que los asimila.

Fernández Mallohace explícito su juego. El sistema operativo de su libro, su código genético, comienza con otro libro:El hacedor. Desde su primera novela,Nocilla dream,recurrió a textos ajenos para urdir un tejido propio. Una descripción científica, un mapa, un ensayo sobre las ciudades le servían para construir un discurso que cobraba otra entidad.

En suremakeborgiano, el reciclaje no conduce a la parodia. Ni siquiera hay un tono borgiano. A partir de historias previas, ya legendarias,Fernández Malloarma dispositivos para contar.Borgesno es su único estímulo. En uno de sus mejores pasajes, recorre los escenarios deLa aventura, deAntonioni, filmándolos con una cámara digital. Poco a poco este ejercicio de exterioridad -un espejo para reproducir a través del tiempo- se transforma en un intenso tránsito interior.

La prosa deFernández Mallo,seca y cortante, es lo contrario al énfasis y la virtuosa adjetivación deBorges. La realidad también se entiende en una clave muy distinta: lo que en el texto fuente es metafísica, aquí asume un sentido hiperreal.

En un episodio, el autor, desvelado por el insomnio, dibuja una rebanada de pan y le traza un círculo a modo de una ventana. Esa rebanada -desnudo trozo de materia- es una metáfora del libro: una superficie común, simplificada al máximo, horadada para ver cosas distantes. La más lejana -el universo- se llamaBorges.

Curiosamente, esta vindicación de los vasos comunicantes se encuentra en entredicho por una presunta violación de derechos autor.María Kodama, viuda deBorges, comentó que no ha leído el libro y que sus abogados actuaron de forma automática, guiados por la ley. Un tema borgiano con solución kafkiana.

El escritor que se concibió como segunda mano podría ser usado para impedir la existencia de una tercera mano.Borgesno cambió la literatura: cambió el mundo. Los espejos, los laberintos y los tigres tendrían que pagarlecopyright. Si los abogados y la heredera desisten de su querella, no solo permitirán que circule un libro: rendirán homenaje al inimitable Hacedor.

Escritor.