Rubalcaba y el peso de ZP y González

Las encuestas que pronostican a Alfredo Pérez Ru-balcaba una clara derrota el 20-N y los movimientos del candidato para evitarla -un cierto desmarque de la ortodoxia zapaterista sobre el déficit y el ahorro- dominaban ayer en los comentarios (editoriales o con firma) de la prensa. Con una idea común: el pasado más inmediato del PSOE pesa mucho, quizá demasiado, en la mochila electoral de Rubalcaba.

La Razón considera una«ocurrencia que ha dejado a más uno con la boca abierta» la propuesta de Rubalcaba de poner más el acento en la generación de ingresos para el Estado que en el recorte de gastos. La crítica por pedir eso a destiempo la comparteEl Mundo, que añade otra a propósito de la defensa de las listas electorales abiertas que hace el candidato socialista:«Suena a farsa después de haberse encargado de que no hubiera primarias en el partido para así poder ser designado candidato».A este y otrospecados originalesdel PSOE se remite también el editorial deEl Paíspara augurar efectos limitados a la conferencia política socialista,«un cónclave dirigido a animar a los militantes», ya que«dar la vuelta a la situación es una tarea titánica». DesdeAbc,Ignacio Camachoreprocha al candidato que tenga como referente aFelipe González: «Al apoyarse en él como cédula de legitimidad, como certificado de pedigrí político, Rubalcaba se presenta como el digno veterano de una guerra perdida al improbable rescate de otra a punto de perderse». En la página anterior,Félix Maderolo ve de otro modo, inhabitual en el diario monárquico:«Rubalcaba es un político meritorio, acaso el mejor de los que haya en este momento en la política española»,pero aparece con retraso. «Resulta inquietante que, siendo un hombre tan inteligente, tan listo y tan necesario llegue tan tarde a aquello que nos es tan urgente. Una pena. Y no pequeña».Lo diceAbcy lo piensan muchos.