El turno

Festa al Cel, crisis en la Tierra

JAUME BADIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El fin de semana pasado nos dejó otra de las contradicciones a que nos arrastra la crisis: la Festa al Cel. La gran cita aérea en las playas de Barcelona contiene todos los elementos necesarios para elaborar un espectáculo de éxito: sensación de alto riesgo, emociones fuertes, grandes dimensiones, apto para público masivo, ritmo trepidante en la sucesión de los números... Participan patrullas de aviones civiles y también militares, provenientes de los ejércitos del aire de varios países. Un montaje espectacular, pero no para un tiempo de crisis. Porque genera una alta contaminación ambiental y acústica, porque es una demostración de opulencia en una sociedad que paga el pecado de haberlo sido demasiado y porque disfraza con piruetas celestiales la cantidad extraordinaria de dinero que se aplica (pero no se explica) al mantenimiento de los ejércitos.

Es también un contrasentido que los mismos diarios que nos informan con insistencia de los tijeretazos de políticas sociales y de la pobreza creciente, llenos de denuncias delnuevorriquismoen el que hemos vivido instalados los últimos años, nos lleguen cada domingo con suplementos rellenos de publicidad de artículos de lujo, que la mayoría no se puede permitir, pero que, paradójicamente, son los que ayudan a mantener unos ingresos por publicidad (que también se han reducido de manera extraordinaria) y que permiten ir salvando la cuenta de resultados.

Como dijoTony Judt,«aunque no tengamos ni idea de qué tipo de mundo heredarán nuestros hijos, no podemos seguir engañándonos presumiendo que se parecerá al nuestro». Quizá habría que ir interiorizando que la fiesta ha terminado, en sentido literal, para según qué tipo de espectáculos lúdicos y que ya no podremos estirar más el brazo que la manga. Así en la tierra como en el cielo.