La rueda

Déjense de inversiones a largo plazo

ROSA CULLELL

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Subo al avión y me siento junto a una señora con señales de haberse estirado un poquito por aquí y otro por allá hasta conseguir un sutil rejuvenecimiento. Solo el cuello, al descolgarse en pequeños pliegues, desmiente una piel propia de los 40, esa época del último esplendor que, inevitablemente, se añora.Ana,así se llama, añoraba más de la cuenta. Todas lo hacemos en algún momento, a no ser que te pille demasiado ocupada: mucho trabajo, padres mayores, hijos aún jóvenes… Admirando su recién recuperada tersura, echo de menos una estupidez de mis décadas prodigiosas: ponerme pantalón corto (los conocidosshorts) y salir a la calle sin miedo a la celulitis.

Me cuenta que se dedica a la moda; es vendedora para una marca conocida que está a punto de hacer un ERE y a ella le proponen convertirse en autónoma. La Seguridad Social a su cargo, y el sueldo dividido entre fijo y variable. Ya no la escucho. Un extraño pensamiento se instala en mi cerebro: ¿cuántos años necesitará para amortizar esa inversión en cirugía estética? No le ha valido la pena. Un estiramiento, contando quirófano, habitación y las manitas del doctor, supone un buen pico. «Quince mil euros, incluyéndolo todo; estaré cinco años pagando el crédito», me confiesa. Hay que ser una optimista para meterse en semejante lío. Pero en su trabajo, asegura, debe dar buena imagen. Estoy cada vez más preocupada por ella. Calculo si a mi compañera le quedan cinco, siete, diez… años buenos. ¿No hubiera sido mejor destinar esa cifra a cuidados puntuales y descontarlos como gastos generales, de representación? Salgo corriendo tras ella: «Para, para, deberías amortizar el crédito cuanto antes, van a subir los tipos de interés». Pero ya ha subido al taxi.

¡Qué locura! La mía, claro. Haciendo cuadros de amortización con las arrugas de la gente. Son los recortes. Con tanta crisis, llevo vistas demasiadas hojas deExcelde amigos, profesionales a los que envían a su casa antes, mucho antes, de los 60. Me hubiera gustado decirle aAnaque disfrute de la vida. Y se deje de inversiones a largo plazo.